Aviso legal

1.2 La miseria de la economía

Desde que ha terminado su carrera en economía el autor nunca ha vuelto a ocuparse de ella y en toda su vida no ha ganado ni un euro con esto. Ha hecho cantidad de cosas, entre otras ha creado un sitio web para el aprendizaje de lenguas, con un millón de visitantes al mes, ha montado una agencia de Internet y ha dado clases de informática, todas fueron cosas que funcionaron bastante bien. La economía en general, para fines prácticos y concretos, no sirve para nada y lo que se necesita saber se puede con un poco de sentido común fácilmente deducir. Que los adeptos del estatus prediquen lo contrario es obvio, no les queda por hacer otra cosa.

El único cambio que se produjo en los últimos 20 años es el hecho de que todos los libros de textos fueron sustituidos por libros de autores estadounidenses, un fenómeno que se produjo a nivel mundial, porque superan en diseño, autenticidad, presentación viva, análisis de problemas reales y comprensibilidad por mucho a todos los libros de texto que habían existido antes. Es un fenómeno que se puede observar en otros sectores también, por ejemplo en la informática. Es difícil de decir a qué se debe este fenómeno. Una posible razón podría ser que los catedráticos estadounidenses dependen más directamente de la aprobación o desaprobación de los estudiantes, porque ellos pagan para sus estudios. Muy al contrario de lo que cree Milton Friedman, vea What's Wrong With Our Schools, que la única solución a este tipo de problema, el problema de que cualquier sistema que no esté bajo un control estricto va a la deriva, nosotros creemos que hay otras soluciones, como vamos a ver a lo largo de este manual, sobre todo en el capítulo sobre Milton Friedman. Formulado de manera abstracta: Las distintas versiones del Neo liberalismo quieren resolver cualquier problema por los mecanismos de control inherentes a una economía de mercado libre y lo que no se puede controlar con estos mecanismos, no hay que controlarlo. En este sistema teórico no hay lugar para procesos decisorios democráticos porque no hacen falta.

Si miramos solo los libros de texto se podría suponer que un control directo de los catedráticos tiene un efecto positivo. En Europa es casi imposible sacar a un catedrático de su puesto si ha logrado obtenerlo. Pero si las universidades son eficaces o no, si el sistema estadounidense es mejor que el sistema europeo y todo este tipo de cuestiones no interesan demasiado al autor. Lo que le interesa es saber si es posible construir estructuras paralelas, o sea plataformas y redes a nivel internacional capaces de suministrar cualquier tipo de información, a cualquier nivel, a cualquier hora, de cualquier sitio de manera gratis. Tan utópico no es. En cuando se refiere a la informática esta meta ya está realizada y Wikipedia ya contiene más informaciones que todas las universidades juntas.

Vamos a dar a lo largo de este manual ejemplos que ilustran posibles cambios tanto en los planes de estudio como en cuanto a la didáctica se refiere. Esperamos que los ejemplos que damos sirvan para ilustrar las posibilidades de mejoramiento a través de proyectos concretos. Hacen falta, para resumir, empresarios y hay que enseñar a los estudiantes a actuar como empresarios. Pero si los catedráticos mismos enseñan desde hace 100 años las mismas cosas con los mismos métodos didácticos, primero se debe inculcar un poco de sentido empresarial en ellos. Si un libro de macroeconomía cuesta 35 dólares se le habría podido ocurrir a una universidad o a varias producir uno que sea libre, si no se quiere pedir mucho. Pero igualmente habrían podido, varias universidades juntas, producir una página web que contenga todo el contenido de una carrera de economía, de manera autentica, escrita de manera viva, con ejemplos concretos de los distintos países etc. etc..

Dicho sea de paso. En vez de citar a un autor, ya sea Adam Smith, Alfred Marshall o John Maynard Keynes, desde un libro de texto escrito por un tercero se pudo haber publicado la obra original con su respectiva traducción al español. En algunos casos, como por ejemplo en el caso de Keynes con la General Theory of Employement, "Interest and Money" se habría podido incluso hacer más. La versión que encontramos hoy en todos los libros de macroeconomía sobre la teoría keynesiana es una interpretación de esta teoría y encima una interpretación que no fue nunca aprobada por Keynes mismo y que no contiene los rasgos esenciales, por ejemplo la inseguridad como característica de un mercado libre, de esta teoría. Esto, el hecho que hay una discrepancia entre lo que se enseña como teoría keynesiana y lo que Keynes realmente dijo no es un mero problema filosófico. Es la causa por la cual se responsabiliza a Keynes por los fallos de una política de fomentación de la demanda, política fiscal. Es problema es, que Keynes nunca dijo que hay que fomentar el consumo. Lo que dijo es que hay que fomentar la inversión y aparte de esto la política fiscal no es el mensaje central de su obra. El mensaje central de su obra es que el interés no es la recompensa que se recibe por retardar el consumo. Es el precio de la liquidez. Suena muy abstracto, pero los resultados, fatales, son muy concretos como vamos a ver más tarde al hablar de Keynes. En este caso preciso, en lo que concierne a la obra de Keynes, se habría podido hacer algo bastante inteligente. Traducir la obra al español y comentarla frase por frase. En vez de exponer lo que otra persona dijo sobre la teoría keynesiana que no hace otra cosa que exponer lo que otra persona había dicho que a su vez ... habría sido mejor de leer el original. Esto, dicho sea de paso, no es solamente más científico, sino pega mejor con la honradez intelectual. No se pone en la boca de otra gente cosas que esta no había dicho nunca. No se hace en la vida privada y mucho menos en la ciencia. Pero si ni siquiera tienen bastante creatividad para realizar proyectos tan simples, más vale que se busquen otro trabajo.

Con lo que volvemos al problema general que nos acompañara a lo largo de este manual. Si no hay parámetros claros que permitan medir y controlar la eficacia de un sistema, este sistema va a la deriva. En el estudio de economía se suele hablar mucho sobre metas cuantitativas y cualitativas, monetarios y no monetarios, sobre metas compatibles e incompatibles etc. etc.. Se suele hacer, sobre todo en controlling y ciencias empresariales un gran hincapié en el hecho de que es absolutamente necesario definir bien las metas. Todos estos discursos parecen a primera vista ser un montón de trivialidades. Pero tan trivial no es, por dos razones. La gente en general no quiere que haya parámetros que permitan un control y segundo por que de vez en cuando es realmente difícil encontrarlos y estos dos factores juntos son un real problema. Si se quieren implementar parámetros claros, en el caso de las facultades de economía por ejemplo la cantidad de egresados que ha encontrado un trabajo, documentación completa de la carrera en el Internet, experiencia práctica del personal docente etc.. Van a encontrar cualquier cantidad de razones para demostrar que estos parámetros no son adecuados pero no van a hacer ninguna propuesta ellos mismos para unos que si lo sean. Esto es una ventaja de un libre mercado. Ahí los parámetros son claramente definidos y se aceptan o se desaparece del mercado.

Repetimos: No decimos que el libre mercado resuelve todos los problemas de la tierra, pero este es su punto fuerte como lo demuestra cualquier facultad de economía donde en general no hay parámetros claros ni control.

Para que la cosa no sea tan abstracta damos otro ejemplo con una situación similar. El ejemplo se refiere a la jurisprudencia en Alemania que hemos estudiado a fondo en la www.recht-eigenartig.de. El autor no conoce en detalle ningún sistema jurídico a parte del sistema alemán pero esta absolutamente seguro que el mismo problema surge en cualquier país y al lector no le resultará muy difícil de comprobarlo. Los jueces defienden sus intereses, en general creen que no ganan bastante, trabajan demasiado, que su trabajo es muy duro y exigen por lo tanto más dinero, más personal y menos horas de trabajo, hasta aquí todo normal, a través de una asociación que defiende sus intereses. Obviamente se podría discutir el sueldo adecuado de un juez si existiese un parámetro claro que permitíera medir la calidad de una sentencia. Si un juez gana por ejemplo 4500 euros debería existir una diferencia en el resultado si gana solamente 2500 euros. Si no hay diferencia se puede igualmente pagar 2500 euros. En vez de solo permitir el acceso a la judicatura a personas con excelente resultados en sus exámenes, para dar un ejemplo, se podría por ejemplo tomar cualquier egresado de una facultad de derecho si los productos de la jurisprudencia son los mismos en ambos casos y por lo tanto hay un riesgo si se establecieran parámetros claros que permitan evaluar una sentencia. La solución de la asociación de jueces es relativamente simple. Niegan rotundamente que pueden haber criterios claros para medir la calidad de una sentencia. La defensa de sus intereses sin embargo no es tan genial. Si nadie nota una diferencia en la calidad de una sentencia, los criterios podrían ser la aplicación correcta de la ley, esfuerzo para verificar la probabilidad de una declaración testimonial, objetividad, comprensión de problema etc., da lo mismo pagar 1800 ó 4500 euros. Una diferencia de calidad imperceptible no justifica una diferencia en el precio. Nadie va a pagar el doble por un litro de leche si no nota una diferencia en la calidad. Pero por el hecho de que no hay parámetros claros es que todo el sistema va a la deriva. Si se divulga la impresión entre los jueces que la jurisprudencia es una cosa meramente subjetiva, se llega rápidamente a un concepción de la jurisprudencia como algo meramente subjetivo y las leyes son nada más que verbalizaciones abstractas de asociaciones difusas con unas relaciones muy vagas con la realidad. El lector puede tratar ahora de, no está mal como ejercicio, encontrar documentos en su país que describen de manera exacta parámetros que permitan evaluar la calidad de una sentencia. Si no los encuentra, hay una fuerte probabilidad que se trate de un problema sistémico.

Las facultades de economía no son un fenómeno extraordinario en lo que se refiere a la tentativa de escabullirse de cualquier control. Lo excepcional en este caso es solo el hecho de que en TEORÍA reflejan de manera muy acertada el fenómeno. El problema es la práctica.

Una posibilidad sistemática de resolver el problema sería obligar a las facultades de economía a publicar todo el contenido de la carrera en la red, evidentemente sin restricción alguna en cuanto se refiere al acceso. Una universidad financiada por tasas académicas, plenamente, puede restringir el acceso. Posiblemente los estudiantes pagan para unos contenidos "exquisitos". La cosa cambia, cuando el tributario o la sociedad paga. En este caso tienen el derecho de saber lo que pasa con su dinero y también pueden disfrutar de los productos producidos con su dinero. Pero la ventaja principal sería que se puede más fácilmente comparar a una universidad con otra.

Al principio del Internet había una caricatura muy famosa de un perro que vendía cosas por la red con el su título "en la red nadie sabe que soy un perro". Se quería decir con esto que en la red uno puede hacerse pasar por cualquier cosa sin que haya una sustancia detrás. En algunos casos es así, pero normalmente es al revés. En el Internet uno puede presentar todo lo que se quiere, puede y sabe y si no lo muestra, significa que quiere, sabe y puede poca cosa. Una facultad de economía que no muestra en su página web lo que puede, sabe y quiere, los proyectos innovadores que tiene, la experiencia laboral concreta de sus catedráticos, la cooperación con otras universidades en otras partes del mundo, programas concretos para los estudiantes etc., no lo muestra porque no es capaz de mostrarlo.

La solución que ofrece el neoliberalismo tiene tres problemas. Primero supone que el problema son los estudiantes, que si no se paga por el estudio hay una gran cantidad de estudiantes que no toman en serio el estudio y pierden tiempo haciendo nada. Esta posición es comprensible, porque la mayoría de los propagandistas del neoliberalismo son catedráticos y para ellos es más atractivo introducir tasas académicas sin que tengan que cambiar su comportamiento que un cambio de sistema que exige que reflexionen un poco sobre lo que hacen. El segundo error consiste en el hecho de que suponen únicamente que los mecanismos del libre mercado pueden resolver este tipo de problemas. Hay alternativas como las que acabamos de describir. Y el tercer error consiste en el hecho de que una tasa académica no cambia nada en cuanto se refiere al problema de base. Una tasa académica que va a la universidad no establece ninguna relación entre una facultad determinada o un docente determinado y los ingresos.

Por último. Las universidades en el futuro no van a distinguirse por las capacidades didácticas de los docentes. Como el contenido será ofrecido y en parte ya lo es de mil maneras distintas en miles de páginas web, libros digitales y vídeos, ya hay miles sobre economía en youtube, los estudiantes podrán elegir entre muchos métodos distintos para aprender una cosa. La universidad no jugará un gran papel en el proceso de aprendizaje. El papel de la universidad, en economía, será iniciar proyectos interesantes y cooperaciones fructíferas. Para esto se necesitará un cambio total del personal. Se necesitará gente con un espíritu de empresario y no gente que cuenta treinta años las misma chorradas y hacen un poco de investigación, quiere decir escribir ensayos que nadie lee. (En la versión alemana hay un estudio más detallado de este fenómeno. El BmBF (el ministerio de ciencia y educación alemán) pagó por cantidad de estudios que no leyeron. Al final mandaron a hacer un estudio que resumía todos los estudios anteriores, pero el autor ha encontrado un error fatal en este último estudio, decían que para Alfred Marshall el human capital no tenía importancia, la verdad es que para Alfred Marshall este factor es esencial. Al advertirles de este error respondían de una manera que evidenció que no lo habían leído, a pesar de que gastan un montón de dinero en estos "estudios".) Muy al contrario de lo que la economía clásica y neoclásica sugiere, el tipo de interés es un fenómeno secundario. Pero sin empresarios una economía de libre mercado no funciona.

Si los economistas no participan en el debate público y si no logran utilizar el Internet para sus fines seguirán a las humanidades en el camino hacia la irrelevancia. Por el hecho que no influyen el debate público nadie ve muy bien para qué se los necesita y se cierran facultades enteras. Si desapareciesen completamente de la tierra no lo notaría nadie. El debate público sobre cuestiones económicas se internacionaliza cada vez más y el único medio que permite un debate global sobre cuestiones globales es el Internet. Si los economistas se niegan a participar en este debate, habrá organizaciones privadas y movimientos como attac que dominarán el discurso y que suministran los datos de fondo.

volver al principio de la página ...

Anotaciones:

ES        DE

La economía es un ejemplo, junto con la jurisprudencia y la educación pública, de un sistema difícilmente controlable por parámetros.

 

 

infos24 GmbH