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1.3.5 Investigación y desarrollo por el estado

Llegamos ahora al problema fundamental de la economía. Sin avance tecnológico las economías solo pueden crecer de manera cuantitativa, o sea se produce con la misma tecnología eternamente los mismos productos, lo que supone, dicho sea de paso, que los tipos de intereses bajan, porque si se aumenta la oferta, los precios bajan y si bajan los precios, baja el rendimiento marginal y si el rendimiento marginal baja, los tipos de intereses tienen que bajar igualmente para que se pueda aumentar la producción. En este escenario solo puede haber una reducción del paro por un mero aumento cuantitativo. Para el fin de su análisis Keynes parte de esta situación.

Si en la economía clásica realmente siempre hay un "equilibrio" en el mercado de trabajo es difícil de ver. En la teoría clásica el salario puede ser tan bajo, que no basta para sobrevivir y la gente muere y los muertos, obviamente, no están en paro. Lo mismo vale para la economía neoclásica. La productividad marginal, que corresponde en esta teoría al sueldo, puede ser tan bajo, que la gente muere y por lo tanto hay un equilibrio en el mercado de trabajo. En este sentido la economía neoclásica es una tautologia.

Con un aumento cuantitativo de la producción la competencia se intensifica y obviamente alguien tendrá que pagar. Si los obreros están organizados en un sindicato, el trabajo es un monopolio. Este monopolio puede maximizar la suma de los sueldos o el número de personas que trabajan. El resultado es por lo tanto no muy claro. Lo que es un poco difícil de ver es porque el precio del capital, o sea dinero, o sea algo que no es escaso y que se puede producir en cualquier cantidad, tiene que ganar algo.

Escribe Jean Baptiste Say:

Le salaire des ouvriers de manufactures est souvent plus fort que celui des ouvriers des champs ; mais il est sujet à des vicissitudes fâcheuses. Une guerre, une loi prohibitive, en faisant cesser tout à coup certaines demandes, plongent dans la détresse les ouvriers qui étaient occupés à les satisfaire. Un simple changement de mode devient une fatalité pour des classes entières. Les cordons de souliers substitués aux boucles plongèrent dans la désolation les villes de Sheffield et de Birmingham 1. Les moindres variations dans le prix de la main-d'oeuvre la plus commune ont de tout temps été regardées avec raison comme de très grands malheurs. En effet, dans un rang un peu supérieur en richesse et en talents (qui sont une espèce de richesse), une baisse dans le taux des profits oblige à des retranchements dans les dépenses, ou tout au plus entraîne la dissipation d'une partie des capitaux que ces classes ont ordinairement à leur disposition. Mais dans la classe dont le revenu est de niveau avec le rigoureux nécessaire, une diminution de revenu est un arrêt de mort, sinon pour l'ouvrier même, au moins pour une partie de sa famille.

El sueldo es un trabajador en una manufactura muy a menudo es más elevado que él de un trabajador agrícola, pero está supuesto a desgracias lamentables. Una guerra, una ley prohibitiva, anulando de golpe la demanda, sumergen en la desesperación aquellos que fueron ocupados a satisfacerla. Un mero cambio de moda tiene consecuencias fatales para una clase entera. La substitución de las correas de cuero por los cordones de zapatos sumergieron las ciudades de Sheffield y de Birmingham en la desesperación. Un cambio en el precio de la mano de obra, tan pequeño que sea siempre han sido considerado con razón como grandes desventuras. Efectivamente a un nivel un poco superior en riqueza y en talento (que son una especie de riqueza), una disminución de la tasa de provecho obliga a una restricción de los gasto o como máximo lleva a una reducción del capital que estas clases tienen generalmente a su disposición. Pero en las clases donde los ingresos están a nivel de lo absolutamente necesario una disminución de los ingresos significa la muerte, a lo mejor no para el obrero mismo, pero para su familia.

Jean Baptiste Say, Trait‚ d'économie politique II, Chapitre VII, Des revenus industriels

El asunto es un poco curioso. Normalmente Jean Baptiste Say sigue la teoría clásica del "equilibrio en el mercado de trabajo". Pero aquí de golpe admite que este equilibrio igualmente se puede lograr si el excedente simplemente muere.

La teoría clásica y neoclásica sería más fácilmente comprensible si dijeran simplemente lo que piensan.

El crecimiento es visto en la economía clásica de manera positiva o algo que se produce automáticamente. Lo que no se entiende muy bien en la economía clásica, es el sentido de este crecimiento, porque este lleva solamente a un aumento de personas que viven en la eterna miseria. La economía clásica es una cosa bastante lúgubre.

Jean Baptiste Say de cualquier forma es un señor gracioso.

Il est des maux qui résultent de la nature de l'homme et des choses. L'excès de la population par-dessus les moyens de subsistance est de ce nombre. Ce mal, toute proportion gardée, n'est pas plus considérable dans une société civilisée que chez les peuplades sauvages. En accuser l'état social est une injustice ; se flatter qu'on pourra s'en affranchir est une illusion ; travailler à l'atténuer est une noble occupation : mais il ne faut pas chercher des remèdes qui ne remédieraient à rien ou qui aurait des inconvénients pires que le mal.

Hay sufrimientos, que nacen de la naturaleza del hombre y de las cosas. El excedente de la población sobre la posibilidades necesarias para su mantenimiento pertenecen a este grupo. Esta desgracia, más o menos, tan grande en sociedades civilizadas como en tribus salvajes. Echar la culpa de ello al orden de la sociedad es injusto. Imaginarse que pudiese ser posible de liberarse de ello es una ilusión. Trabajar para atenuar esta desgracia es una ocupación noble. Pero no se debe buscar un remedio que no curará nada o cuyos efectos secundarios son más graves que la desgracia misma.

Jean Baptiste Say, Trait‚ d'‚conomie politique II, Chapitre VII, Des revenus industriels

Es la eterna letanía de la ley de hierro del sueldo que incluso encontramos en la obra de John Stuart Mill, el más humano de los autores clásicos.

Dejamos al lado que esta teoría es cómicamente errónea, por las razones ya mencionadas varias veces y empíricamente refutada, pero uno podría preguntarse para qué debe haber en este mundo crecimiento? No esperamos de un economista que nos cuente algo interesante sobre el sentido de la vida, basta que se ocupe de los instrumentos que sirven para hacer la torta. Pero un instrumento, que solo garantiza la miseria máxima para el número más grande de personas no sirve para nada.

Si leemos por todas partes que en la economía clásica hay un equilibrio de mercado, esto es completamente erróneo. De cualquier caso el mercado más importante, el mercado de trabajo, es muy desequilibrado.

Sin embargo una pequeña diferencia hay. En la obra de Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx el trabajo es un factor homogéneo es pagado con un precio "natural", o sea igual en todos los sectores y cualquier uso y esto sueldo, el precio por el trabajo, basta a duras penas a sobrevivir. La idea de que el trabajo es un factor homogéneo se socava un poco en la obra de Jean Baptiste Say. Say por lo menos admite que debe haber algo como un salario de empresario, algo que no existe en las teorías de Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx, pero muy necesario. No solamente porque es difícil de imaginarse como una economía puede funcionar sin empresarios, sino también por razones estadísticas. Marx por ejemplo supone, por lo menos en el primer tomo, en el tercer tomo cambia de opinión, que la tasa de provecho es la misma en todos los sectores. Pero si no se ha sacado primero el salario del empresario que trabaja con su propio capital, este no gana nada o más bien dicho, da igual si trabaja o no. Lo mismo pasa con el provecho "natural" en la obra de Adam Smith y David Ricardo.

El tema central de la economía clásica es el crecimiento de la economía o sea el movimiento hacia un estado final. El tema central de la economía neoclásica es la descripción de equilibrios, en tres distintas maneras. Un equilibrio parcial, o sea en un mercado y basado sobre una utilidad marginal medida de manera cardinal, Alfred Marshall, un equilibrio total en un mercado de cambio, Léon Walras, y un equilibrio en mercado parcial medido de manera ordinal, Vilfredo Pareto. Vamos a volver sobre el tema.

En cuanto al mercado de trabajo se refiere hay una diferencia entre la economía clásica y la economía neoclásica. Por el "ejercito industrial de reserva", como Karl Marx lo llama, pero que existe implícitamente también en la obra de Smith y Say y muy explícitamente en la obra de David Ricardo, los trabajadores son completamente descabalgados. Reciben, independientemente de su productividad marginal, un sueldo que basta a duras penas para sobrevivir. En la economía neoclásica este "ejercito industrial de reserva" no existe y por lo tanto los trabajadores tienen un cierto poder y reciben un sueldo que corresponde a la productividad marginal del trabajo.

La idea que los trabajadores serán pagados según la productividad marginal del trabajo se puede considerar como ideología pura. Es correcto que los empresarios no pagarán un sueldo que está por encima de la productividad marginal, si lo hiciesen perderían dinero empleando más gente, pero un sueldo debajo de la productividad marginal es perfectamente posible. Es lógico que el empresario no va a pagar más que el rendimiento marginal monetario, pero ¿por qué no va a pagar menos? La lógica contradice a los funcionamientos normales de una economía de mercado. Si hay pocos panaderos, se les va pagar según la productividad marginal monetaria. Pero si de golpe hay mucha gente que se cualifica por este trabajo y la demanda por el pan queda la misma, ¿por qué el dueño de la panadería va a pagar lo mismo que antes, si ahora hay una competencia fuerte entre los panaderos y si hay algunos dispuestos de trabajar para menos?

Aparte de esto es perfectamente posible que el rendimiento marginal monetario solo basta para garantizar la subsistencia, pero nada más y interpretado así la economía neoclásica, en cuanto se refiere a este aspecto, es una mera variación de la economía clásica. Si el sueldo es tan bajo que basta solo para sobrevivir, el abracadabra con la opción entre tiempo libre y trabajo es entonces ideológico. Si se supone que esta opción existe el modelo se ve simpático. Pero si el sueldo es muy bajo, la opción tiempo libre no existe.

El argumento que se puede reducir el paro a través de una reducción de los sueldos aparece muy a menudo, pero el argumento solo es correcto, si los trabajadores son realmente pagados según el rendimiento marginal monetario. (Qué depende, dicho sea de paso, también de la competencia internacional. Si ésta es intensa, los precios bajan.) En este caso obviamente los sueldos son demasiado altos, si se deja a parte por el momento la reserva que existe en el tipo de interés. Si los empresarios ya están en una situación que les permite de pagar menos, es difícil de ver porque van a emplear más gente si los sueldos bajan. Habrían podido hacerlo ya.

Dicho esto, el argumento es trivial. Obviamente se puede reducir el paro si se reduce el sueldo a un plato de arroz al día. El trabajo entonces sería tan barato que nadie usaría máquinas.

De esto se puede deducir que Keynes supone una relación estable entre capital (máquinas) y trabajo, o sea una productividad estable. Si el tipo de interés baja, como Keynes lo supone, puede ocurrir que el capital, máquinas, es más barato y sustituirá el trabajo. Si esto ocurre, la demanda tiene que crecer todavía más. Es de suponer que una política keynesiana, la reducción del tipo de interés a lo necesario para cubrir los gastos de la administración de los bancos y el riesgo, vea tipo de interés, tendría como efecto de aumentar la intensidad del capital.

La necesidad del crecimiento se justifica en general con la productividad creciente del trabajo. Si el mismo PIB puede ser producido con cada vez menos personas hace falta obviamente un PIB cada vez más grande para emplear la misma cantidad de personas. Hace veinte años los sindicatos en Alemania protestaron por la semana de 35 horas (5 horas menos de lo que se trabaja ahora). La idea es simple. Si se trabaja menos, hay trabajo para todos. El problema con esta lógica son varios. Primero, esto es el punto de vista de Keynes, la gente prefiere trabajar más y tener más dinero, en vez de tener más tiempo libre. El segundo problema es que este truco, sobre todo si no se reduce al mismo tiempo también el sueldo, solo funciona, si en el resto del mundo también reducen el trabajo y proporcionalmente el sueldo. Si no se lo hace, el coste por entidad sube y el país que redujo las horas de trabajo ya no es competitivo. En esta lógica el crecimiento es necesario, porque el avance se desarrolla a nivel mundial y a un país aislado solo queda la posibilidad de seguir.

Pero este tipo de discusión es más relajada que la teoría clásica. Se llega al pleno empleo a través del crecimiento y no a través de una adaptación del sueldo.

Keynes tiene, como siempre, una postura aparte. Keynes toma, por el fin de su análisis, dado que el avance tecnológico, educación, intensidad de la competencia, eficacia de la organización etc. son factores contingentes, difícilmente de pronosticar y influenciables, estos factores como dados y propone medidas para llegar al pleno empleo sin que se tenga que modificar estos factores. La teoría de Keynes apunta por lo tanto a un mero aumento cuantitativo.

El segundo aspecto bajo el cual se analiza el crecimiento es aquel aducido por el Club of Rome. La argumentación de este es tan idiota como el argumento que el avance en la medicina hace subir los gastos del sistema sanitario. Si el avance médico permite de evitar operaciones invasivas, el avance médico puede igualmente reducir los costes. Si se logra a producir órganos a base de células madres se puede ahorrar mucho dinero porque los tratamientos causados por órganos deteriorados ya no serían necesarios. A partir de un cierto nivel de dioptría una operación de los ojos es más barata que gafas.

El Club of Rome pronostica un fin del crecimiento porque los recursos naturales son limitados y porque supone que el crecimiento siempre lleva a un mayor consumo de estos recursos naturales. De hecho no hay ninguna relación entre crecimiento y recursos naturales. Lo único que se puede decir es que en determinadas circunstancias hay una relación entre recursos naturales y crecimiento.

El primer problema es que no está muy claro como define crecimiento. Es de suponer que lo define como algo monetario. Pero de hecho siempre hay crecimiento, incluso en el caso que el PIB evaluado en dinero no crece, porque cualquier inversión de sustitución ya contiene un crecimiento. Cualquier aparato, desde el teléfono, pasando por el refrigerador, la plancha y la computadora hasta la grúa ya contiene un crecimiento, porque es más eficaz que el aparato / la máquina anterior.

Segundo el cambio de la producción de energía por carbón, centros nucleares, gas y petrol a la producción de energía por el sol, viento, agua, biomasa lleva a un crecimiento y a un ahorro tremendo de recursos naturales de todo tipo. Un coche de hoy en día consume menos gasolina que un coche de hace diez años. Por último si la demanda cambia, si la gente consume más servicios personalizadas, cultura, educación, deporte y menos coches, habrá un crecimiento y una reducción del consumo de recursos naturales. Entre el consumo de recursos naturales y el crecimiento no hay relación alguna.

Un mero crecimiento cuantitativo, tal como lo supone Keynes, no será posible en estados altamente industrializados, como lo demuestra la desarrollo de la ex Alemania Oriental después de la caída del muro. Primero porque las capacidades industriales son en general tales que pueden satisfacer cualquier demanda sin que se tenga que invertir en nuevas plantas. Segundo porque es imposible de competir con industrias ya existentes que ya alcanzaron el nivel tecnológico más alto posible en el respectivo sector. Una política monetaria expansiva puede, bajando el tipo de interés, estimular un crecimiento cuantitativo, previsto que las empresas ya existentes no pagan un tipo de interés más alto que aquellos que entran en el mercado. Porque si esto pasa, habrá de una parte empresas que entran en el mercado y otras, que tienen que pagar tipos de intereses más altos, van en quiebra. (El escenario es un poco teórico, pero en el sector inmobiliario no completamente inadmisible. Alguien hace construir una casa con el fin de alquilarla y la financiación se basa en un tipo de interés de 5 por ciento. Si ahora el tipo de interés baja, digamos a 2 por cientos, se puede construir casas a precios más bajos y a alquilarlas a alquileres más bajos, lo que obligará al primero de bajar el alquiler también con el resultado que su inversión ya no es rentable. Un problema que solo surge si no se sigue la regla de Keynes. Si los tipos de intereses nunca son más altos de lo necesario para cubrir los gastos de la administración de los bancos y el riesgo, entonces este problema no puede ocurrir.)

Además en una economía de mercado libre el estado no puede invertir directamente en mercados ya existentes. El estado no puede comenzar a producir panes y echar fuera del mercado los panaderos ya existentes. Lo que sí puede hacer es invertir en sectores que aumentan la productividad de la economía en su conjunto, infraestructura, o fomentar innovaciones.

Hemos hablado hasta ahora, cuando hemos hablado de la teoría keynesiana, sobre la teoría monetaria de Keynes. Repetimos: Keynes rechaza conceptos fundamentales de la teoría clásica y suministra cantidad de instrumentos para analizar procesos económicos. Lo que hoy en día se entiende por teoría keynesiana, la intervención directa del estado en el proceso económico, es una cosa que Keynes menciona en las últimas páginas de la General Theory of Employement, Interest and Money. Keynes no se explica muy claramente en cuanto a intervenciones estatales se refiere, pero del contexto se puede deducir que distingue claramente entre consumo estatal y inversiones estatales. Para ser muy preciso. Keynes nunca se declara en favor del consumo estatal. Keynes habla únicamente de inversiones estatales, o sea gastos que por lo menos en parte serán cubiertos por el proyecto mismo sin contar con los efectos secundarios.

Dicho esto es también pensable que un mero crecimiento aumentativo, lo que equivale a una mera copia de tecnologías, puede también funcionar, sobre todo si ninguna ente privada es capaz de financiarla, porque el estado es el único que siempre puede conseguirse dinero y el único que disfruta de todos los efectos secundarios. Puede ocurrir por ejemplo en países de desarrollo que no entes privadas capaces de invertir. Entonces el estado puede invertir, por ejemplo en la telecomunicación, generando dinero que después se salda con lo que la gente paga por este servicio.

No hay que tener mucha fantasía para imaginarse que se puede crear mucho trabajo con innovaciones. Un gran negocio serían por ejemplo los plásticos biodegradables. Si se lograse a hacer las bolsas que la gente usa para hacer sus compras a base de plásticos biodegradables el problema con el plástico flotando en el mar sería resuelto. (Para dar un ejemplo.)

Sin embargo el progreso tecnológico es algo completamente contingente, incontrolable y sobre todo algo que no se pronosticar. Si esto fuese posible, obviamente todos los problemas de la tierra serían inmediatamente resueltos.

No decimos que Jean Baptiste Say diga algo tremendamente profundo en cuanto se refiere la producción de know how y la conversión de este know how en productos. Pero es de destacar que es el único autor que lo menciona y dicho sea de paso, en ningún libro de texto de economía de hoy en día se menciona el know how. El know how aparece como máximo en la forma de human capital, pero sin que se explique como producir este human capital, lo que es comprensible en la lógica de la economía. Lo que es contingente, ambiguo, difícil de controlar y no se presta por lo tanto para una modelización matemática es eliminado del modelo. El problema con esta forma de proceder es que al final no queda nada realmente relevante.

Aunque Jean Baptiste Say no dice gran cosa sobre inversiones estatales en investigación y desarrollo, apreciamos que por lo menos diga algo sobre el tema.

Hors les cas extraordinaires, la sagesse conseille peut-être d'employer aux essais industriels, non les capitaux réservés pour une production éprouvée, mais les revenus que chacun peut, sans altérer sa fortune, dépenser selon sa fantaisie. Je ne crois pas qu'il y ait un plus noble emploi de la richesse et des talents. Un citoyen riche et philanthrope peut ainsi faire à la classe industrieuse et à celle qui consomme, c'est-à-dire au monde entier, des présents qui surpassent de beaucoup la valeur de ce qu'il donne, et même de sa fortune, quelque grande qu'elle soit. Qu'on calcule, si l'on peut, ce qu'a valu aux nations l'inventeur inconnu de la charrue. Un gouvernement éclairé sur ses devoirs, et qui dispose de ressources vastes, ne laisse pas aux particuliers toute la gloire des découvertes industrielles. Les dépenses que causent les essais, quand le gouvernement les fait, ne sont pas prises sur les capitaux de la nation, mais sur ses revenus, puisque les impôts ne sont, ou du moins ne devraient jamais être levés que sur les revenus. La portion des revenus qui, par cette voie, se dissipe en expériences, est peu sensible, parce qu'elle est répartie sur un grand nombre de contribuables ; et les avantages qui résultent des succès étant des avantages généraux, il n'est pas contraire à l'équité que les sacrifices au prix desquels on les a obtenus soient supportés par tout le monde.

Si dejamos al lado casos especiales, la sabiduría aconseja de no utilizar para ensayos capital que ya está empleado de manera rentable en la economía, sino los ingresos que cualquiera, sin que su capital disminuya, puede utilizar como mejor le parece. No creo que hay un uso más noble para la riqueza y para el talento. Un ciudadano rico y filantrópico puede ofrecer de esta forma a la clase que trabaja al igual que aquella que consume, o sea a todo el mundo, algo que depasa por mucho el valor de lo que da, posiblemente incluso el valor de su riqueza, tan grande que esta sea. Puede uno imaginarse, si es posible, que regalo el inventor del arado ha hecho a la humanidad. Un gobierno que reconoció sus deberes que dispone de ingresos importantes no dejará a los individuos toda la gloria de las invenciones industriales. Los gastos invertidos por el gobierno en experimentos no disminuyen el capital de una nación, sino los ingresos, dado que los impuestos, así por lo menos debería ser, nunca se imponen sobre el capital, sino sobre los ingresos. La parte de los ingresos que desaparece de esta manera es apenas perceptible, porque es repartido sobre un gran número de tributarios y como las ventajas son grandes en caso de éxito no es inaceptable que el sacrificio por el cual son adquiridos es suportado de todos.

Jean Baptiste Say, Trait d'économie politique, Livre I, Chapitre VI, Des opérations communes à toutes les industries

No se explica de manera muy clara, pero es un punto de vista hoy en día universalmente aceptado. En todos los países desarrollados es el estado el que financia la mayor parte de los gastos en investigación y desarrollo. Este consenso se explica por el hecho que inversiones en investigación y desarrollo tienen algo de lotería, con la diferencia que los boletos son tan caros, que un fracaso, o sea si la investigación no lleva a un producto competitivo, tiene consecuencias desastrosas y por lo tanto nadie va a invertir dinero en esto, porque la investigación es hoy en día carísima. Se supone que la investigación en su conjunto es rentable, o sea el conjunto de la sociedad gana, aunque un porcentaje muy elevado no lleva a ninguna parte. Lo único probable es que las inversiones en la investigación científica son rentables para el conjunto de la sociedad y por lo tanto solo puede ser financiada por un entidad que profita de todos los efectos secundarios de una investigación exitosa, o sea una que lleva a productos competitivos, como menos gastos por la asistencia social, más ingresos fiscales, mejor cualificación del personal. Si se acepta que la investigación científica en su conjunto es rentable, es igualmente seguro que la sociedad en su conjunto profita, a pesar de que no es seguro en absoluto que una sociedad determinada profitaría si invirtiese en la investigación. Para los que no comprenden la lógica: Para una persona aislada está casi cien por ciento seguro que pierde su dinero si compra un boleto de la lotería. Pero si alguien compra todos los boletos, es bastante probable que recibe por lo menos el dinero que ha invertido (menos los gastos de administración, obviamente). Se puede formularlo igualmente de esta manera. El estado es capaz de asegurarse a sí mismo, el funcionamiento es por lo tanto el mismo que en cualquier seguro. Una persona aislada no puede asegurarse contra el riesgo, por ejemplo, de un accidente de tráfico, por los costes pueden ser enormes. Si todo el mundo tuviese que asegurarse contra un accidente de tráfico, solo la gente que puede prever esta desgracia, o sea que puede guardar varios millones de dólares, puede conducir un coche. El seguro prevé contra un riesgo estadístico y esto basta.

Sin embargo nos encontramos en este caso en la situación entre escila y caribdis que ya conocemos, vea actividades estatales. Es obvio que un sistema, en este caso la investigación científica subvencionada en la universidades, institutos, sociedades no será controlado por parámetros claros y transparentes sino por la política interna, grupos de interés, simpatías y antipatías personales etc.. Si ya hay un gran derroche de dinero en los gastos estatales cuando hay señales claros que permitan evaluar la inversión, un lindo ejemplo de este tipo puede ver aquí,  La bandera, puesto en música, es fácil de imaginarse que este derroche no será menor si ni siquiera hay señales que permiten de evaluar una inversión. Es obvio que los biólogos moleculares tienen su opinión sobre en qué invertir y los físicos que se ocupan de la nanotecnología tienen otra y ambos pueden alegar buenos argumentos para justificar que hay que invertir más dinero en la investigación en el respectivo campo de trabajo. Pero muy a menudo, si no en la mayoría de las veces, relaciones personales, estrategias de marketing y de "guerrilla marketing" (influir periodistas, presentar cosas de manera espectacular, presencia en partidos políticos, etc.) son más importantes que argumentos, sobre todo si las personas que deciden sobre el uso de los recursos no son capaces de hacerse una idea ellos mismos, como suele ocurrir en la mayoría de los casos.

Estamos por lo tanto confrontado con el mismo problema que ya hemos visto varias veces y sobre el cual vamos a discutir de nuevo más tarde, vea Friedrich Hayek y Milton Friedman. El mismo problema tenemos en la jurisdicción, la educación, la policía, el sistema sanitario, o sea en todos los sectores donde, por distintas razones, el control por los mecanismos de mercado no es posible. Friedrich Hayek, Milton Friedman y los otros luchadores por la libertad en defensa del estado, casi siempre empleados públicos pagados por el estado, en otras palabras del tributario, quieren resolver este problema con un retiro total del estado, a pesar de que no explican si esto es posible y con qué resultados. (Si dejamos al lado un par de ideas, vea Milton Friedman.) Se puede igualmente decir que no proponen solución alguna y tampoco hay una solución "mecánica". De otra parte, como hemos demostrado ya varias veces, la afirmación que las actividades estatales son siempre incontrolables es errónea. Es de suponer que la publicación de la cantidad de dinero invertido en los distintos sectores, biología molecular, nánotecnología, energía alternativa, bioplásticos, investigación médica etc.etc... permitiría a mucha gente de hacerse una idea y propulsaría un debate público y este debate público ejercería una presión.

En cuanto a Alemania se refiere hicimos un análisis un poco más profundizado de la política de investigación y desarrollo. Se puede resumir los resultados de esta manera. Ninguna sociedad, instituto o entidad universitaria del mundo científica es rentable, o sea todas son deficitarias. Son incluso deficitarias las sociedades, como la Frauenhofer Gesellschaft, que se dedican a la investigación aplicada. La tesis de Jean Baptiste Say, que la investigación científica rinde a largo plazo más de lo que cuesta no es tan obvia como a primera vista aparece. En cuanto a la economía se refiere, es de suponer que la investigación "científica" no brinda beneficio alguno. La producción de los economistas consiste de miles y miles de artículos que nadie lee y que no tienen ningún impacto.

Sin embargo es de suponer que los números no cuentan toda la verdad. La investigación es también una cualificación para los que trabajan en la investigación. Es por ejemplo perfectamente pensable y ocurre muy a menudo que no se logra lo que se quería lograr, pero que los científicos encontraron nuevos métodos y técnicas que pueden ser útiles también en la economía privada.

Si queremos aprender algo sobre, como ejemplo, la estrategia de investigación científica en España podemos echar un vistazo a este documento: Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica. El documento es lo suficientemente vago para generar todos los problemas mencionados antes y lo que más nos interesa, un número con un hermoso signo € detrás no hay, pero esto no es nada sorprendente. Es lo mismo en Alemania.

Textos de este tipo en general ni siquiera se puede analizar, porque son una chorrada desde el principio hasta el fin. Y si se mete la Unión Europea, más vale fumar un puro antes de leer el texto.

El Consejo Europeo de Barcelona, en 2002, estableció como objetivos:

Incrementar el gasto global en I + D e innovación en la Unión Europea para alcanzar el 3% del PIB en 2010. Dos tercios de esta nueva inversión deben provenir del sector privado.

Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica

Lo que uno obviamente se pregunta y a lo cual el texto no da respuesta alguno es ¿cómo quieren obligar al sector privado que invierta en investigación y desarrollo? Si el sector privado cree que inversiones de este tipo son rentables, lo va a hacer y si no cree que son rentables, lo dejará. Exigir del sector privado que invierta en inversiones arriesgadas, o sea que se compre un billete de lotería, vea arriba, es una chorrada, vea arriba, porque la razón por la cual el estado tiene que subvencionar la investigación es justamente ésta: El estado profita de todos los efectos secundarios, la empresa privada no. Aparte de esto falta cualquier definición precisa que permita de distinguir entre inversiones en la investigación, mejoramientos de un producto, nuevos productos a base de tecnologías ya conocidas, variaciones de un producto etc. etc.. Si miramos la situación actual, el párrafo se refiere al año 2002, parece además que el truco no funcionó, lo que a su vez era de esperar.

Sigue el texto y es difícil de meter más chorradas en un párrafo tan pequeño.

Mejorar la integración de la innovación en el Espacio Europeo del Conocimiento, con el objetivo de optimizar la utilización de los derechos de propiedad intelectual en toda Europa, desarrollar y reforzar las inversiones privadas y la utilización de capital riesgo en la investigación e incrementar el establecimiento de redes entre empresas y la base científica.

Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica

¿El OBJETIVO de la integración de la innovación es la optimización de los derechos de propiedad intelectual? La propiedad intelectual no se refiere a procesos técnicos, porque estos son protegidos por patentes, pero el fin de la investigación científica son procesos técnicos. Una obra musical, literaria o artística puede tener sin duda un valor muy importante y hay que protegerlo, sobre la manera más adecuada de hacerlo se puede discutir, pero no es el proceso de una investigación científica. (Y muy a menudo es el resultado de ninguna inversión, sino el mero resultado de una "inspiración".) En cuanto al capital de riesgo se refiere, los estados efectivamente tratan de aumentarlo, pero el resultado no está nada claro. En general, así funciona en Alemania, el estado invierte la misma cantidad de dinero que el inversor de capital de riesgo, o sea si este invierte un millón, el estado invierte otro millón y encima paga una parte en el caso de que el inversor de capital de riesgo pierde su dinero, o sea la capital de riesgo no es tan arriesgado. En Alemania se creyó con este fin una sociedad estatal, una hija de la Deutsche Ausgleichsbank. Pero parece que la idea no era tan genial, porque después de haber perdido unos centenares de millones se fue en quiebra. Aparte de esto inversores de capital de riesgo nunca invierten en la investigación. Invierten en empresas jóvenes que ya tienen un producto concreto. En la investigación de base no invierten nunca y por las razones mencionadas antes, tampoco lo harán. Pero el asunto interesante es este. El año 2002 era el año en la cual la burbuja de las empresas dot.com estalló y la participación del estado en las inversiones de capital de riesgo se reveló un desastre. Pero parece que esto no interesó mucho a la Unión Europea.

La cooperación entre las empresas privadas y las entidades científicas puede efectivamente ser mejorado, pero parece que los autores de este texto no han comprendido bien el problema. Un científico recibe un puesto de trabajo gracias a sus publicaciones científicas. Para su carrera personal no tiene importancia alguna si sus estudios tienen resultados prácticos o no, si se los puede convertir en productos o no. Lo único que le interesa son sus publicaciones en revistas científicas con puntos de impacto alto, porque únicamente de esto depende su carrera y por lo tanto las empresas privadas no le interesan en absoluto y aparte de esto carece casi siempre de cualquier experiencia laboral fuera del contexto académico. Si se quiere mejorar la cooperación entre empresas privadas y entes científicas, hay que dar más peso a la relevancia práctica de la investigación y honrarla.

No es el hecho que visto desde hoy en día los "objetivos" no fueron alcanzados, esto es algo que sucede muy a menudo. Este tipo de texto es asqueroso por su lenguaje, el tono arrogante y la ausencia de cualquier afirmación concreta. Sobre un tipo de texto de esta especie tampoco se puede realmente discutir y los autores tampoco quieren que se discuta sobre este tipo de texto, con "Estrategia de Lisboa", "Cumbre de Barcelona", "Consejo Europeo de Primavera de marzo 2005", "Informe Kok", etc. etc. quieren sugerir que se trata de una estrategia coherente, a pesar de que no se trataba de otra cosa que de unas reuniones de unos funcionarios públicos sin experiencia profesional que no han fundado en toda su vida una empresa y no han visto ninguna empresa desde el interior. Esto es lo que Hayek llama "poder sin competencia" y el problema es que apunta a un fenómeno real, a pesar de que su solución es ni realista ni optima.

Para la consecución de los objetivos, fijados en el marco europeo por la Estrategia de Lisboa y ratificados en la Cumbre de Barcelona, de alcanzar una economía competitiva basada en el conocimiento, el Consejo Europeo de Primavera de marzo de 2005 planteó, en base al Informe Kok (Evaluación y seguimiento de los objetivos de Lisboa, noviembre de 2004), la necesidad de concentrar los objetivos en el crecimiento y el empleo, junto con la cohesión social y el desarrollo sostenible, acordándose la aprobación por cada Estado miembro de su respectivo Programa Nacional de Reformas (PNR), articulado en torno a veinticuatro directrices integradas para el crecimiento y el empleo 2005 - 2008, cuyas prioridades son el fomento empresarial, el empleo, la I + D + I y la política energética.

Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica

"...la necesidad de concentrar los objetivos en el crecimiento y el empleo, junto con la cohesión social y el desarrollo sostenible...". Supone esta manada de idiotas, sin experiencia profesional, que entes estatales saben mejor que las empresas privadas como propulsar el crecimiento y el fomento empresarial.

El problema con este tipo de texto es la ausencia de teoría. Suponen simplemente, sin argumento alguno, que el estado puede resolver mejor algunas problemas que las empresas privadas. El interés de entes estatales, partidos políticos, burocracias de fundar estas ideas con argumentos lógicos es limitado, dado que cualquier intervención estatal aumenta su poder y cuando más in-transparente son las intervenciones del estado, tanto más fácilmente son posibles.

No queremos demostrar que visto desde hoy en día el programa parece ridículo, pero mostrarlo ayuda a comprender que así de fácil como funcionarios públicos se lo imaginan la cosa no funciona.

La política de I + D + I en España se inscribe, pues, en este contexto europeo, y de modo especial en el Programa Nacional de Reformas. El programa nacional de Reformas de España (PNR 2006), que tiene como objetivos centrales alcanzar en 2010 la convergencia en renta per cápita con UE y lograr una tasa de empleo de 66 % (tres puntos por encima de la media europea), se estructura en torno a siete ejes temáticos.

Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica

El texto fue escrito en 2007 y España sería feliz si solo habría podido mantener la tasa de empleo al nivel de 2007. Textos de este tipo no solo relevan una arrogancia increíble de la parte de funcionarios públicos, bien pagados por el tributario con un sueldo completamente independiente de cualquier rendimiento, sino un gran infantilismo. La creencia que manipulando un par de tornillos, en general un poco de subvenciones ahí, un par de privilegios fiscales allá, un par de nuevos programas de fomento científico se puede propulsar la economía. Si fuese así de fácil, se lo habría ya ocurrido a otros.

Lo que sí se puede aprender de otros, por ejemplo de Alemania, es que esto no funciona. Después de la caída del muro había centenares de programas de este tipo con un resultado de cero. Igualmente se puede aprender de Alemania que el impacto de la investigación científica sobre el crecimiento no está tan claro. Hay buenas razones, lógicas, vea arriba, para la subvención del estado, del tributario, para ser más preciso, en la investigación científica. Pero no está claro en absoluto si hay una relación estable entre inversiones en investigación y desarrollo y crecimiento. Se invierte por ejemplo, sobre todo en Alemania, mucho dinero en entidades "científicas" de investigación económica. Echar este dinero por la ventana o encenderse un cigarro con estos billetes, lleva más o menos al mismo resultado.

Si no hay cooperación entre las entidades científicas y las empresas privadas antes de invertir dinero, esto es la idea, vea Resoluciones CENIT, el estado español, de hecho el tributario español, subvenciona cooperaciones entre entidades científicas y empresas privadas con un 50 por ciento de los gastos, sería más útil preguntarse porque la cooperación no funciona y porque el estado tiene que fomentarla.

Esta cooperación no funciona, aparte de las razones mencionadas arriba, la carrera de un científico depende de las publicaciones en revistas científicas y no de la utilidad práctica, porque un científico y un empresario son dos mundos completamente distintos y los científicos tienden a subestimar el trabajo de un empresario, a pesar de que es aquél que paga los impuestos necesarios para la subvención de la investigación. La investigación está propulsada por un dinámica intrínseca y no por exigencias económicas.

El plan que tiene el gobierno español no va a funcionar. Así directamente no se puede fomentar el crecimiento invirtiendo más dinero en la investigación. La Fraunhofer Gesellschaft alemán se dedica únicamente a la investigación aplicada en cooperación con empresas, pero es deficitaria. El déficit es 1100 millones al año. (El calculo de hecho es un poco más complicado, pero de cualquier forma es deficitario.) Las otras entes científicas alemanas, que se dedican a la investigación de base, el Max Planck Institut y la Helmholtz Gesellschaft son más deficitarios todavía.

En cuanto al crecimiento de la economía se refiere, dicho sea de paso, la innovación no es el único criterio relevante. Un idea simple, comercializada con obstinación, fantasía, creatividad produce más crecimiento que una idea muy innovadora mal comercializada. Para los que quieren un ejemplo dramático para ello: Después de la caída del muro había dos figurítas del semáforo. (En Alemania los semáforos para peatones no son simplemente rojo, amarillo y verde, sino figuritas.) Uno un poco gordo con pinta de hombrecito alegre y otro flaco, más elegante. El hombrecito, la figurita del este, desapareció, pero un empresario compro los derechos para la figurita y montó una empresa que solo vende productos que juegan con esta figurita (camisetas, sombreros, felpudo, llavero, velas etc. etc.) con éxito enorme. La idea no puede ser más simple, pero el volumen de venta es más elevado que él de cantidad de empresas muy innovadoras con una gestión mala.

Dicho esto España haría mejor fortalecer su posición a nivel internacional, sobre todo en Sudamérica, en los sectores donde ya es fuerte, como por ejemplo en la tecnología solar. Pero aquí no se trata de perfeccionar la tecnología que hay, sino de simplificarla y hacerla más robusta y más fácil de mantener. Entonces hay un mercado enorme para esto. Si queremos resolver el problema de la migración internacional, hay que formar los fugitivos que vienen de todas partes de la tierra a Europa y calificarlos de manera que puedan montar una empresa en su país de origen, si este es políticamente estable, o en otros países. Es un problema con el cual el autor está confrontado de momento, seguimos en el año 2013, porque da clases de alemán, gratuitamente, a fugitivos de todos los puntos de la tierra. El problema solo puede resolverse con ideas concretas, pero no se necesita para ello una tecnología superavanzada, sino todo el contrario, una tecnología robusta y fácil de mantener. El problema con la migración no tiene otra solución. La única solución es que Europa organiza de manera eficaz la formación de los fugitivos y solo si hay más gente cualificada en África, es un mercado rentable para, por ejemplo, instalaciones solares.

El problema con el texto del gobierno español es que está escrito por una manada de idiotas y parece que los respectivos países de la Unión Europea no son capaces de aprender de las experiencias hechas en otros países. No es nada grave cometer errores, mientras se vive se hace errores y solo los muertos no lo hacen, pero es grave no aprender nada de los errores hechos. La argumentación del gobierno español, de hecho del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) que depende del Ministerio de Economía y Competitividad, pero nadie sabe realmente quién es, es una chorrada perfecta.

 

El carácter prioritario otorgado a esta política responde a la demanda de la Unión Europea de potenciar la I + D, de acuerdo con la estrategia de Lisboa, tomando como directriz la significativa correlación entre fomento de I + D y crecimiento sostenido a largo plazo. A través del Programa INGENIO 2010 se pretende garantizar el cumplimiento del compromiso de incrementar los presupuestos públicos destinados a I + D civil en un 25 % anual y movilizar esto nuevos recursos para reforzar nuevas iniciativas.

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El mero hecho que unos funcionarios desconocidos de la Unión Europea decidieron algo en una vagamente definida estrategia de Lisboa no significa necesariamente que el estado español tiene que hacer lo que dicen esta gente desconocida y una correlación significativa entre fomento de I + D y crecimiento sostenido no existe, de cualquier forma los datos de otros países no sugieren que la relación sea tan clara. Si fuese tan clara, dicho sea de paso, las empresas privadas invertirían más en investigación, desarrollo y innovación. Hay muchas empresas en España, Telefónica, Seat, Banco Santander etc. etc. que tienen cualquier cantidad de recursos para hacerlo.

Sobre todo se debería definir claramente de qué sectores se habla. Fomentar la investigación en la nanotecnología o en la biología molecular tendrá otros resultados que estudiar el sistema jurídico en Burma o añadir un estudio más destinado a la papelera en economía.

Si el estado español quiere invertir 25 % más para reforzar nuevas iniciativas sería interesante saber algo sobre estas iniciativas. Es perfectamente posible que se puede optimar los resultados de la investigación científica redistribuyendo los fondos sin que sea necesario invertir un euro más. Qué las metas perseguidas por la estrategia de Lisboa no fueron conseguidos en absoluto y el crecimiento bajo dramáticamente desde el año 2000, cumbre de Lisboa, no se debe solo al hecho de la crisis financiera. Era de prever que no tendrá éxito alguno, porque todo lo que la estrategia de Lisboa propone ya se ha hecho sin éxito alguno en Alemania.

Para decirlo claramente. El que lee atentamente la General Theory of Employement, Interest and Money de 1936 (!!) de Keynes, ya habría podido imaginárselo. Keynes excluye expresis verbis cualquier avance tecnológico de su análisis, porque es algo que no se puede influir y se concentra en los parámetros que se puede influir.

Hay que ser funcionario público sin experiencia profesional y un completo idiota para creer que manipulando un para de tornillos y subvencionando un poco por ahí y por allá se puede fomentar el crecimiento. Si así de fácil fuese, todos los problemas de la tierra ya habrían sido resuelto hace 100 años.

Es de suponer que una basura como el Plan Nacional de Investigación Científica en la perspectiva de un funcionario público también pertenece a la categoría de investigación científica y es de suponer, que costó algo como 300 000 euros. (El autor no lo sabe, pero supone que los precios serán más o menos los mismos en España y Alemania para este tipo de cosas.) Alguien tendría que explicar a esta gente las bases fundamentales de la ciencia. En la ciencia por ejemplo se suele trabajar con nociones claramente definidas.

Según los datos comparados, elaborados con la Encuesta de Innovación Comunitaria, el porcentaje de empresas innovadoras en España en 2004 fue del 34,7 %, situándose en niveles medios de la Unión Europea y superiores a países como Holanda (34,3 %) y Francia (32,6 %). Aún así, el porcentaje de empresas en nuestro país que acometen actividades innovadoras respecto del total es inferior, en comparación con nuestros competidores más directos, tal es el caso de Portugal (40,9 %, República Checa (38,3 %) o Grecia (35,8 %).

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No sabemos si la manada de idiotas que escribió este texto lo tomaron en serio ellos mismos, pero gracias a Dios España es menos innovador que Grecia, porque si fuese tan innovador como Grecia, España estaría ya en plena guerra civil y el estado español en quiebra. Obviamente el estudio no sirve para nada, si no se define exactamente lo que se entiende por innovación. Innovaciones hay muchos. Innovaciones las hay en los productos, en el proceso de producir algo, en el proceso de vender algo, en la logística, en el surtido etc.etc... Hay innovaciones grandes, del móvil al smartphone, y pequeñas, bolígrafos con un pequeño reloj. ¿Pero quién diablo es la Encuesta de Innovación Comunitaria? Es fácil de saber, porque tiene una página web: La Encuesta de la Comunidad sobre la Innovación (CIS): seguimiento de la innovación en Europa. Aprendemos ahí que el tributario español pago a unos economistas, es de suponer, sin experiencia profesional para un estudio que uno se puede igualmente clavar al culo.

Para el lector sudamericano: Es de suponer que en proceso de integración de Sudamérica nacerán cantidad de instituciones como ésta que cuestan una fortuna al tributario sudamericano y cuyo efecto es precisamente cero. Son tan útiles como un estercolero en la sala de estar. Se puede ahorrar mucho dinero si desde el principio se vigila el proceso. Una burocracia, una vez instalado, pulula en todas las direcciones.

En resumidas cuentas: Que la formación y el avance tecnológico son un factor decisivo para el crecimiento económico es obvio. Sin embargo la mayoría de los avances tecnológicos con un gran impacto sobre el mercado, smartphone, el Internet, software, plantas genéticamente modificadas, plásticos biodegradables etc. etc. vienen del sector privado y el estado suministra solamente la gente cualificada. La investigación científica subvencionada es menos eficaz y un típico científico ni siquiera ve que su trabajo un buen día tenga que llevar a productos competitivos. La economía es otro mundo para esta gente lo que vale sobre todo para humanidades.

En estos tiempos se suele además subestimar el papel de las empresas. Una idea comercializada con obstinación y ingenio crea más trabajo que una idea ingeniosa comercializada sin obstinación.

En cuanto a los países en desarrollo se refiere, bastaría que copiasen las tecnologías que hay. Con esto solo podrían hacer avances importantes.

Si se quiere mejorar la cooperación entre el mundo científico y las empresas, no hace falta invertir más dinero. Hay que simplemente cambiar las reglas que determinan sobre la carrera de un científico. Si solo se invierte más dinero pero las reglas quedan las mismas, un científico va a producir más artículos en revistas científicas, pero de ninguna manera más productos competitivos, porque esto no le sirve para nada.

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Anotaciones:

ES        DE

Eficiencia de la investigación y desarrollo público.

 

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