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2.2.4 ¿Por que un capítulo sobre filosofía / sociología?

Por todo lo dicho hasta ahora queda claro que la economía se deshilacha en los bordes. Esto es fácil de ver. En todos los libros de textos se explica el funcionamiento de una economía de mercado libre, pero se entiende sin problema alguno que esto no sirve para nada si el estado fija los precios por una razón u otra o, más radical todavía, si hay un ente estatal que decide sobre el precio adecuado y justo de un producto y precio, como es el caso en Cuba. En un momento de calma incluso el economista neoclásica más obstinado comprenderá que el equilibrio total walrasiano es modificado si el desarrollo técnico permite producir agua dulce en cualquier cantidad, porque en este caso se podría producir maíz en cualquier cantidad y de este maíz se podría producir combustible en cualquier cantidad. Para que nadie crea que esto es teoría. La posibilidad de desalar agua con energía solar realmente existe, vea solare Meerwasserentsalzung. Desarrollos de este tipo dependen de la investigación y los resultados de la investigación no dependen directamente de parámetros económicos, calculables y planificables, pero influyen la economía.

Las habladurías académicas sobre la ciencias nomotéticas, que buscan leyes, y las ciencias idiográficas, que tratan de comprender un fenómeno es su individualidad, no sirven para nada en cuanto a la economía y ciencias sociales en general se refiere. Una ciencia "nomotética" que depende de parámetros inplanificables, imprevisibles e inestables no puede ser una ciencia nomotética. Se podría incluso decir que la concepción de la economía como una ciencia nomotética, como lo es por ejemplo indudablemente la física, es parte del problema. El deseo de pasar por una ciencia "exacta" llevó a la eliminación de todo aquello que se resistió a una modelización matemática, el ídolo e ideal de la ciencia pura. Lo que quedó eran un par de parámetros con los cuales se podía formular un par de "leyes" tan universales como triviales e irrelevantes. Encanta a los economistas el hecho de que la economía pasa por la "reina de la ciencias sociales" y que es la única ciencia social que tiene "leyes" universales, vigentes en todas partes del planeta. El problema es, que estas leyes no sirven. El equilibro total de mercado walrasiano existe indudablemente en Somalía, en el Perú y en Francia, un par de ecuaciones siempre pueden hacerse. Pero los equilibrios no nos interesan. Lo que nos interesa es como cambiarlos y lamentablemente Walras no nos dice como hacerlo. El famoso mercado perfecto que supone entre otras cosas productos homogéneos es la descripción más corta del contrario a una economía de mercado libre, porque la característica central de una economía de mercado libre es que los productos no son homogéneos. Productos homogéneos son algo típico para una economía planificada. Solo si no hay empresarios que tratan de satisfacer los deseos de los consumidores tenemos productos homogéneos.

Desde un punto práctico la economía puede tener interfaces con más o menos cualquier cosa. Se puede por ejemplo discutir de manera filosófica sobre "El Camino de Servidumbre" à la Hayek u ofrecer soluciones prácticas, lo que suele hacerse, y reflexionar sobre como la informática puede ayudar a hacer transparente las actividades estatales y como modificar SAP para que sirva también en el controlling de la administración pública. Si hay que evaluar los impactos, posibilidades de la nanotecnología, biología molecular, plásticos biodegradables se tiene que entender algo de esto. Como ya lo hemos dicho varias veces. Siendo esto así, es muy útil de reducir la enseñanza de lo propiamente económico a una año y medio. El resto del tiempo los estudiantes tienen que especializarse según los intereses, capacidades y la situación personal.

Desde un punto de vista teórico la economía tiene muchas interfaces con la política, sociología, filosofía y la economía clásica, Adam Smith, David Humes, John Stuart Mill podrían igualmente pasar por sociólogos y filósofos y algunos, como por ejemplo David Hume y John Stuart Mill se veían más como filósofos y son más conocidos como filósofos.

El esfuerzo que hace la corporación de los economistas para excluir cualquier método "filosófico" a la economía es de vez en cuando ridículo y de vez en cuando dudoso desde un punto de vista de la teoría del conocimiento. La economía del bienestar, que se basa en las teorías del infeliz Pareto, por ejemplo trata de convertir la discusión sobre una distribución justa de la renta nacional en una discusión pseudo científica, objetiva, matemática a pesar de que el resultado es ideología pura. El resultado de esta rama de la economía es relativamente simple: Cualquier distribución es justa. Si se toma en serio esta teoría se debería igualmente decir que el robo es una redistribución justa de la renta nacional, porque el argumento que una distribución es optima cuando ninguno de los participantes del intercambio puede mejorar su situación dando algo que tiene para otra cosa que quiere, vea Pareto, olvida que cualquier situación es el resultado de un proceso histórico que puede haber sido muy violento. Vamos a ver, cuando hablamos de Pareto, que este no era nada melindroso en cuanto a estas cuestiones se refiere. Desde el punto de vista de la teoría del conocimiento, una rama de la filosofía, es un error tomar el resultado de un proceso por algo objetivo que no puede ser de otra manera, esto es la diferencia fundamental entre Popper y Adorno en la famosa disputa positivista en la sociología alemana, como vamos a ver más tarde. Nos bastan estos dos ejemplos para ver que un sector de economía pura, sin interfaces, no existe y es fácil de agregar otros ejemplos. Max Weber por ejemplo veía en el protestantismo una causa para de la prosperidad del mundo occidental. Una teoría obviamente sociológica. Si se excluyen todos los factores no económicos la economía se convertirá en una cosa tan irrelevante como la crítica literaria, porque solo con parámetros económicos en su sentido más estrecho, no se puede explicar nada.

El deseo de bien demarcar el límite entre la economía y otros sectores, sea política, sociología, psicología es relativamente reciente. No existe en la teoría clásica y recién en la teoría neoclásica hay tentativas de bien definir el objeto de estudio de la economía.

La definición más plausible la hizo Alfred Marshall, vea bases metodológicas. Marshall define un comportamiento como económico cuando el resultado de este comportamiento se puede medir en dinero. Todos las preguntas que a uno se ocurren en cuanto se refiere a esta definición Marshall ya las veía. Si la gente comienza por ejemplo a comer más margarina en vez de mantequilla es, según esta definición indudablemente un cambio que pertenece a la esfera de la economía. Sin embargo detrás de este cambio hay un cambio en el aprecio de la mantequilla. Puede ser que ha habido una campaña del estado o de marketing que destacó el valor nutritivo más alto de la margarina, que subrayó los efectos nocivos del colesterol de la mantequilla o que produjo otro tipo de cambio en la percepción de la margarina. Dicho de otra forma: El comportamiento económico nunca es puramente económico. La concepción de un parámetro como puramente económico supone casi siempre una relación estadística y relaciones estadísticas solo revelan que hay una relación, pero no explican esta relación. De manera similar que Alfred Marshall argumenta Jospeh Schumpeter. Dicho sea de paso: La famosa clausula ceteris paribus que supone que todos los factores menos los que se esta estudiando no cambian es una inmunización de la economía contra la realidad y es incompatible con una economía de mercado libre. Si todo queda igual tenemos una economía estática. En este caso hemos llegado al equilibrio total walrasiano y ahí permanecemos hasta el Juicio Final. Lo poco de "dinámica", y la dinámica y el cambio es lo que caracteriza una economía de mercado libre, que se recibe moviendo la curva de la demanda hacia la derecha al aumentar la demanda o la curva de la oferta en la misma dirección cuando el estado sube la IVA es una caricatura de la dinámica. Se pueden mover curvas por todas partes, en Bolivia, Paraguay, en Inglaterra y en los Estados Unidos y siempre sacar las mismas conclusiones, pero no se resuelve de esta manera ningún problema real. No queremos saber lo que pasa cuando se mueven curvas por la derecha o por la izquierda. Queremos saber porque se mueven.

Un método completamente distinto tiene Keynes. Keynes define en media página, enumerando todo lo que él excluye de su análisis. Excluye un desarrollo tecnológico, innovaciones, cambios en la organización, cambios en la cualificación de la gente etc. etc. y analiza que se puede hacer si los parámetros no económicos no se pueden modificar y a corto plazo no se pueden modificar, a pesar de que son el real problema. Es obvio que hay una gran diferencia entre simplemente no darse cuenta que factores no económicos influyen la economía y un método que es consciente de este influjo y estudia las posibilidades que quedan.

Puede el lector leer miles de artículos "científicos", son fáciles de encontrar, basta poner en Google crisis del euro análisis, o algo similar, pero no va encontrar ningún artículo que mencione fenómenos reales. Se hablará en general de la falta de competitividad en Grecia etc. pero no se precisa lo que se entiende con esto y tampoco como concretamente se mejora la competitividad en Grecia. Como máximo se menciona que los sueldos en Grecia tienen que bajar y que el presupuesto estatal tiene que disminuir y que las rentas son demasiado bajas. Pero en cuanto se refiere al mundo real el análisis no va más allá de esto. No queda claro qué productos Grecia ofrecerá si los sueldos bajan, no se explica en qué sectores se van a crear los puesto de trabajos que se pierde en el sector estatal etcétera.. No se mencionan las posibilidades de Grecia en la desalinización del agua, energía solar, turismo más individual. Cómo fomentar la innovación, que tipo de cooperación puede haber entre universidades grecas y universidades de otros países etcétera.. Toda la discusión va alrededor de parámetros económico. De esta manera no se resuelve ningún problema concreto.

Hay pocas cosas positivas que se puede decir sobre el neo liberalismo, ordoliberalismo, monetarismo, escuela austriaca y toda esta chusma porque en cuanto al análisis económico se refiere estas tendencias se basan en la economía clásica / neoclásica. Lo único nuevo que hay en estas tendencias es el hecho que reflexionan un poco sobre la relación entre el estado y la economía, aunque la reflexión desemboca en una postura fundamental tipo estado sí / no, como hemos visto antes, pero estos tendencias realizan por lo menos que un gobierno puede imponer las reglas del juego a su gusto y lo que dicen los libros de texto puede ser por lo tanto bastante irrelevante y si los economistas no logran a convencer el público, las teorías son, si nos quedamos dentro de un sistema democrático, algo superfluo para Hayek y Friedman, irrelevantes.

La mayoría de los trovadores de la libertad de este tipo son catedráticos y suponen que el sueldo que reciben nunca es un despilfarro de dinero. Posiblemente el público no comparte su opinión en cuanto a esto se refieren. Sería más concreto que muestren con actos concretos que en una economía de mercado libre todos son realmente libres y cualquiera que trabaja tendrá éxito. Si lo hubiese mostrado con hechos en vez de hacer vídeos habría sido más convincente. Pero como no lo hizo, a lo mejor porque no pudo, porque como buen economista hay pocas cosas que realmente puede producir, se puede tener la impresión que para muchos catedráticos la libertad es algo que se contempla cómodamente instalado sobre un sofá comiendo patatas fritas.

La economía tiene obviamente muchas interfaces con derecho porque cuando el estado impone un orden, sea lo que sea, lo va a fundir en leyes. Si se analiza legislación que se refiere a la economía muy a menudo uno se pregunta si los juristas entendían realmente bien la meta de esta legislación y nunca se sabe quién había formulado la ley una vez promulgada se le suspende porque en la práctica se reveló un sin sentido e incluso el resultado puede ser exactamente el contrario de lo que se esperaba. Pero mientras los economistas no se ocupan de como poner en práctica sus teorías, tendrán que aceptar que las leyes las hacen personas sin teoría alguna.

Un caso curioso en este aspecto es Walther Eucken, el fundador de la tendencia ordoliberalista. El ordoliberalismo destaca un problema ya mencionado de Adam Smith. Las empresas tienden a formar trusts (unificación de varias empresas que actúan como si fuesen una sola empresa), carteles (varias empresas que se ponen de acuerdo sobre precios, condiciones de venta, fragmentación de regiones etc.) y monopolios (eliminación de concurrentes) para subir los precios y sustraerse del trabajo arduo de competir con otras empresas. El ordoliberalismo supone por lo tanto que el capitalismo laissez-faire, el estado no interviene en absoluto, tiende a eliminar lo que caracteriza a una economía de mercado libre, o sea la competición entre varias empresas. Es bastante obvio que un estado que quiere impedir unificaciones de este tipo, tiene que tener una ley que define claramente lo que es un trust, un cartel un monopolio y como se les prohíbe y bajo qué condiciones. (No es tan fácil como se podría suponer porque se debe definir la región, un monopolio en Alemania puede ser un enano a nivel mundial, el producto, si hay sustitutos patatas <=> arroz <=> pasta, resulta difícil para un monopolio abusar de su poder etc.). (Leyes de este tipo hoy en día existen por todas partes, esta es la ley que corresponde en Venezuela: Ley Antimonopolio, Antioligopolio y contra la Competencia Desleal. No vamos a discutir aquí sobre todos los errores y contradicciones que contiene esta ley y tampoco sobre los peligros. Es un mero ejemplo. Si juristas formulan una ley se recibe algo como esto.) Pero en vez de concretizar sus ideas en forma de leyes, habla de cantidad de cosas, incluso de Hegel y de su la filosofía.

La estandarización de la economía y la reducción de la complejidad a través de una modelización matemática, que eliminó todos los parámetros no económicos, ocurrió después de la segunda guerra mundial. Incluso en la economía neoclásica, que en general se supone ser responsable de esta reducción, hay todavía una reflexión crítica sobre los limites de la economía y sobre el objeto de estudio de la economía. Vilfredo Pareto por ejemplo, padre de la economía del bienestar, se consideró él mismo como sociólogo. El hecho de que todas las tendencias que no siguieron los caminos de la modelización matemática, sobre todo el neo liberalismo y el ordoliberalismo, no se debe al contenido. La economía del bienestar y Vilfredo Pareto son tan ideológicos como el neo liberalismo, sino al hecho de que no hay en estas tendencias ninguna modelización matemática. Sobre la modelización matemática vamos a hablar otra vez, vea modelización matemática. La tesis de un catedrático de matemáticas, vea enlace, que las matemáticas en economía sirven para dar una imagen de ciencia exacta a la economía, es bastante plausible. Si la economía quiere mostrar de manera convincente que es una ciencia tan exacta como la física, podría hacerlo mostrando resultados exactos y soluciones. La física no es una ciencia exacta porque utiliza de manera eficaz las matemáticas. Es una ciencia exacta porque los resultados que suministra son muy exactos. Una ciencia puede ser exacta sin modelización matemática alguna. La biología molecular por ejemplo no la usa, porque no tiene sentido, pero suministra unos resultados muy exactos, tan exactos que podrá salvar en el futuro la vida de mucha gente cuando sea posible de contrarrestar con medicamentos defectos genéticos.

Una perspectiva estrictamente económica induce a otro error. Muchas cosas que los economistas consideraron como fenómenos estables se revelaron como inestables. La teoría de David Ricardo y Thomas Malthus se basa en la idea de que cualquier crecimiento económico será absorbido por un crecimiento todavía más fuerte de la población y que por lo tanto los trabajadores nunca ganarán más que los justo para sobrevivir. En los últimos 30 años hemos aprendido que en todas las sociedades con un crecimiento económico fuerte la población disminuye y no queda mucho de la prognosis ricardiana del desarrollo de la economía hacia un estado estático. De momento se ve Europa como una unificación de varios estados y esta concepción esta a la base de la discusión actual. ¿Quién puede excluir que en cincuenta años quede un solo país y que en este país vivan europeos? Hoy la perspectiva europea de ver Sudamérica como un gran conjunto es indudablemente un error, dado que los países se distinguen fuertemente en su composición étnica, las lenguas que se hablan, influencias culturales etc. ¿Pero quién puede asegurar que será así en cincuenta años? Obviamente esto tendría un influjo muy fuerte sobre la economía. Determinadas regiones en Alemania tienen los mismos problemas económicos que Grecia, pero no se ocurre a nadie imponerles una política de rigidez. No cabe duda que el nivel de educación / formación tiene que mejorar dramáticamente para que pueda haber un pueblo europeo porque sería una entidad mucho más compleja que un actual estado nacional, ¿pero quién puede saber si no es posible?

Es difícil decir porque tendencias como el neo liberalismo y la escuela austriaca, que no aportan realmente nada nuevo y que no juegan ningún papel en los planes de estudio han podido encontrar tantos aficionados. Una posible explicación podría ser que es la única tendencia económica después de la segunda guerra mundial que expande un poco el enfoque y considera las interfaces que la economía tiene con política, sociología, filosofía. El problema es que lo poco de verdad que hay en todas estas teorías, se perdió por la cantidad de posturas radicales y que no suministra soluciones concretas, como ya lo hemos dicho antes, vea transparencia y economía. Que por lo menos el ordoliberalismo, la versión más calma del neo liberalismo, aparece de vez en cuando en los planes de estudio de economía se debe al hecho que todas estas tendencias se basan en la economía clásica / neoclásica y son por lo tanto "digeribles" para los economistas.

Filósofos y sociólogos que se ocupan de economía desde una perspectiva difícilmente accesible con las nociones económicas, son simplemente ignorados, a pesar de que son bastante famosos incluso en el mundo hispanohablante como el autor acaba de descubrir con sorpresa. Para la versión española de "Way to serfdom", "Caminos de libertad", de Friedrich Hayek, solo recibimos 1 millón de resultados en Google. Para la obra principal de Ernst Bloch, "El Principio de la Esperanza", recibimos 8 millones de resultados. Para una obra clave de Adorno, La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas, solo recibimos 4000 resultados, que no es realmente mucho, pero parece que la escuela de Frankfurt no es completamente desconocida en el mundo hispanohablante. El resultado sorprende un poco al autor y deduce de ello, que las sensibilidades son más complejas y no se enfocan en cuestiones meramente económicas. Podemos deducir de ello que a largo plazo, muy al contrario de lo que Adorno piensa, a largo plazo la calidad intelectual se impone. Mientras que "Caminos de Servidumbre" o "Capitalism and Freedom" se puede leer tranquilamente en la playa o a la hora de dormir, esto no es posible con "El Principio de la Esperanza". "El Principio de la Esperanza" es, al igual que los textos de Adorno, un real reto intelectual. Dicho sea de paso, y vamos a hablar de esto más en detalle más tarde, vea La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas, Adorno no es solo una crítica del sistema económico actual, sea economía planificada o economía de mercado libre. Es una crítica del raciocinio en general.

¿Por qué los hemos incluido? Los hemos incluido porque discuten un par de preguntas de distintas índoles. La primera es de índole científica. Un economista toma el comportamiento de la gente, que suele expresarse en acciones cuyos resultados se pueden medir en dinero, como algo objetivo, invariable y estable. Supone por ejemplo que la gente quiere leer revistas como "HOLA" o sea que este interés por cualquier chorrada no es el resultado de una manipulación sutil, sino que satisface un deseo genuino, invariable, aunque resulta difícil de comprender cuál deseo genuino esta revista podría satisfacer. El otro tipo de cuestiones es un poco más abstracto. El autor no duda que una economía de mercado es la manera más eficaz de controlar un sistema y quebrar poder. Cuando un control a través de los mecanismos del mercado libre no es posible, hay que tratar de "simular" mecanismos similares, vea economía y transparencia Se puede tener mucha simpatía por Che Guevara y el Hombre Nuevo. El problema de Che Guevara es que nunca ha trabajado en el controlling de la administración pública de Berlín, como el autor de estas líneas, y por lo tanto no tiene ni puta idea del asunto. En general se podría decir que tenía poca experiencia profesional. Una cosa es cantar el himno al Comandante Che Guevara, muy romántico y bonito a oír y ver, sobre todo si lo canta una chica guapa, y otra cosa es realmente trabajar y ocuparse de detalles sin gratificación extra. Hay un par de características completamente incompatibles con un funcionario público y es romanticismo, idealismo, visiones, fantasía etc.. El funcionario público después de un par de años trabajando en una administración pública es un cadáver que ya murió sin haberse dado cuenta y los comunistas siempre son empleados públicos. Si hacen falta ejemplos basta mirar los catedráticos de la distintas facultades de economía. Si no se impone un sistema que los controle, van a contar las mismas chorradas 200 años más y nos van a contar esto 300 años más, a pesar de que cada diez años tenemos burbujas, que el ahorro es la condición para la inversión y que no es ningún problema de invertir dinero tal y como Léon Walras se lo había imaginado, o sea de manera que su productividad marginal es la misma en todos los sectores de la economía.

Para economistas, esto es obvio, es la economía lo que domina todo. Todos los otros aspectos ni influyen en la economía, ni son relevantes. La única diferencia entre la economía clásica y neoclásica y tendencias como el neo liberalismo consiste en el hecho que los primeros ni siquiera mencionan que puede haber otros aspectos de la vida social relevantes y los últimos mencionan algunos aspectos, por ejemplo de manera muy, pero muy enfática, la libertad, pero no dicen, aparte de que en el campo económico cada uno debe poder actuar a su gusto, lo que realmente entienden por libertad. Un hecho bastante curioso en cuando se refiere a Milton Friedman. Un estadounidense como Milton Friedman debería saber que los Estados Unidos fueron fundados por gente que buscaron la libertad RELIGIOSA y no la libertad ECONÓMICA. La idea de que la libertad económica lleva automáticamente a la libertad en otros sectores, que el neo liberalismo nunca define, es simplemente errónea. Los neo liberales habrían podido saber esto, si hubiesen leído a John Stuart Mill, el fundador del liberalismo. La libertad es igualmente amenazada por tradiciones, costumbres, creencias etc.. Irán tiene una economía libre, pero poca gente diría que es una sociedad libre. El neo liberalismo parte aparte de esto del principio de que todo está perfecto si el autómata económico funciona bien, pero no define muy bien las metas finales. Se podría argumentar que la medicina tampoco reflexiona sobre el sentido de la vida, pero la analogía no pega. La medicina no difunde en todos los aspectos de la vida social, la economía sí. Es teóricamente posible que medidas eficaces desde un punto de vista económico tienen efectos secundarios tan negativos, que estos últimos prevalecen. Vamos a ver más tarde, al hablar de Vilfredo Pareto, que el enfoque único a resultados económicos, medidos en dinero, lleva a una radicalización de la sociedad. La diferencia entre ganar dinero por ganar dinero y la lucha por el poder por el mero deseo de ser poderoso, no es tan grande. Las aportaciones de Vilfredo Pareto a la economía son una burrada, pero como fenotipo es una figura interesante, siendo este un precursor del fascismo italiano. En cuanto se refiere a la Alemania nazista no compartimos ninguna de las dos tesis, ni que el nazismo es una especia de socialismo y el socialismo un colectivismo que suprime inexorablemente la libertad, versión Hayek, ni la tesis de la teoría marxista de que el nazismo es el resultado del capitalismo. Algo de verdad habrá en la teoría de Karl Popper, vea La sociedad abierta y sus enemigos a pesar de Karl Popper cree que el fenómeno del totalitarismo sea algo intelectualmente comprensible o sea que el totalitarismo es el resultado de un raciocinio erróneo que se puede corregir con argumentos. El totalitarismo, sea de tipo fascista, comunista o religioso, no tiene nada que ver con contenido. El que cree que la "élite" de la ex Alemania Oriental haya leído Marx y que la política de la ex Alemania Oriental haya sido el resultado de un esmero estudio y de la evaluación de argumentos está chiflado. Lo que sí se puede decir es que el fascismo revela más fácilmente su carácter irracional, porque ni siquiera hay una teoría que pueda servir de pretexto, de hecho son simples criminales que lograron convertir a todo un pueblo en una horda de criminales y esto es el aspecto incomprensible. El autor diría que el totalitarismo debe comprenderse como una dinámica resultante de varios elementos una de ellas la banalidad del mal, como dice Hannah Arendt. (No vamos a abrir aquí un debate histórico, a lo mejor la expresión no pega muy bien en cuanto se refiere a este señor, pero pega perfectamente con los miles y miles de pequeñas ruedas que sostienen cualquier dictadura. La tesis es, en cuando a la Alemania nazista se refiere, en parte refutada, lo mencionamos por honestidad intelectual, por Daniel Jonah Goldhagen. La eliminación de personas de origen judía o creencia judía es debido, según Goldhagen, no a la indiferencia, sino a un odio de verdad, instrumentalisado ya desde hacía siglos. Un artículo también crítico lo encontramos aquí Questioning the banality of evil.)

La exclusión casi obsesiva de excluir cualquier temática más bien "filosófica", "política", "psicológica" o "sociológica" de los planes de estudios, aparte del ordoliberalismo que se basa en la economía clásica / neoclásica y es por lo tanto digerible para economistas, es difícil de explicar y encontramos pocas tomas de postura de los catedráticos en cuanto a esto se refiere.

Sería más comprensible si se tratase de una carrera que prepara a una profesión claramente definida, química, ciencias empresariales, ingenierías, medicina etc.. De todas estas profesiones no se espera que promocionan el debate público sobre cuestiones controvertidas sino que brinden productos y servicios. Como ciudadanos están confrontados con complejos problemas de la sociedad, por ejemplo si sus hijos les preguntan porque tienen que leer el Quijote en el cole o para que sirve historia. En el peor de los casos el hijo adorado quiere hacerse actor y no estudiar informática, como lo desea el padre y obviamente cada par de años tienen que decidirse por un programa de un partido político que es una mezcla inextrañable de valores, metas, teorías sobre el funcionamiento de la economía, preferencias personales etc..Pero profesionalmente no están confrontados con este tipo de problemas.


El caso de los economistas es distinto. Su servicio consiste justamente en esto. Promocionar el debate público. (A no ser que trabajen en la misma área que la gente que ha estudiado ciencias empresariales.) En estas circunstancias la decisión de restringirse a lo estrictamente económico es heroica y encima no sirve para gran cosa. De momento por ejemplo en cada segundo artículo sobre la crisis europea se menciona que ha habido errores en la manera en la que se lo introdujo o que la política no respeta algunas reglas del tratado de Maastricht. En cuanto al primer problema uno podría preguntarse porque los economistas no lo han dicho antes y porque no eran capaces de corregir estos errores y en cuanto se refiere a lo segundo uno puede preguntarse porque los políticos no prestan atención a lo que dicen los economistas y en ambos casos los economistas conceden que no son muy eficaces en cuanto a divulgar a lo que la verdad se refiere y que es muy difícil de negar que la política influye en la economía y que mover curvas y resolver ecuaciones no sirve para mucho. A lo mejor es más útil comprender como funciona la prensa y porque poca gente se interesa por problemas reales, vea La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas. Tampoco sirve para gran cosa de fingir que la vida social es completamente determinada por parámetros económicos que a su vez son re-equilibrados por fuerzas oscuras y no nombradas y que no pueden haber procesos decisorios democráticos que también deciden sobre una gran parte de la vida social y de la economía. Posiblemente se produjo una cierta radicalización en la mente de los economistas de la idea de Adam Smith sobre la división del trabajo. Parten del principio que los que han estudiado ciencias políticas se ocupan de política, los que han estudiado sociología de problemas sociológicos y los que han estudiado filosofía se ocupan de problemas filosóficos y que cada uno tiene su campo de trabajo bien definido. Los problemas con esta división de trabajo son tres: Primero, problemas económicos siempre, absolutamente siempre, están mezclados con otros problemas. No se le puede analizar aisladamente. Consejo tipo "Grecia tiene que mejorar su competitividad" son chorradas, porque lo interesante sería saber cómo hacerlo. La respuesta no la dan economistas sino ingenieros. Segundo, en la percepción del público problemas económicos nunca son aislados. Si el público discute sobre por ejemplo la posibilidades y la necesidad del crecimiento se mezclan en este discusión problemas tecnológicos, más crecimiento solo es posible a través de innovaciones, problemas filosóficos, por ejemplo ¿más crecimiento para qué?, problemas políticos, por ejemplo ¿vivir a costes de generaciones futuras? etc..No hay problemas económicos considerados por el público como problemas meramente sociológicos. Tercero, ensayos que discuten un problema desde un punto de vista meramente económico se puede publicar en revistas "científicas", que no lee nadie aparte de economistas y que son por lo tanto un simple despilfarro de dinero. Si se quiere realmente promocionar el debate público hay que saber como funcionan los medios de comunicación de masas y saber escribir de manera que alguien lo lea. Esto requiere gente cualificada, capaz de ver los distintos aspectos de una problema y no unos pseudocientíficos.

No decimos que hay que introducir aspectos sociológicos, filosóficos, políticos en los planes de estudio. Si alguien quiere especializarse en estadística, algo útil si quiere trabajar en una empresa de seguros, más vale que se especialice en esto, para dar un ejemplo. Pero desde un punto de vista meramente científico es cuestionable si la restricción a lo estrictamente económico es una decisión sensata.

El caso de Keynes es un poco más complejo. Keynes también excluye todo lo que no es estrictamente económico, nombrando expresamente todo lo que para el fin de su análisis supone como fijo. El pensamiento de Keynes es el siguiente. Todo lo que está fuera de lo estrictamente económico no se puede planificar. No podemos planificar innovaciones, si pudiésemos planificarlas no necesitaríamos economistas, porque resolveríamos cualquier tipo de problemas con innovaciones. Si hay paro, alguien tiene una idea para un producto genial, por ejemplo platos que gracias a la nanotecnologia no se ensucian y que no hay que lavar a precios de un plato normal, y se monta toda una industria. No podemos a corto plazo tampoco modificar la calificación, educación y formación. Lógicamente el paro disminuiría dramáticamente si se pudiese mejorar la didáctica, la organización y la circunstancias de manera que todos pueden sacar tres títulos universitarios en el mismo tiempo que ahora sacan uno. Si existiese una posibilidad de hacer más transparente el mercado real, a lo mejor sería más fácil de identificar inversiones rentables reales o detectar innovaciones. Pero si todo esto no podemos modificarlo, esta es la pregunta de Keynes, ¿qué podemos hacer entonces? Lo que Keynes discute es un economía en la cual el mercado de dinero fija el tipo de interés y no el mercado del capital, como lo supone la economía clásica y neoclásica y el tipo de interés fijado por el mercado de dinero puede estrangular el mercado de bienes y con el mercado de bienes el mercado laboral. Dice por ejemplo, que el tipo de interés tiene que bajar y basta que cubre el riesgo y el de los costes de la administración y control de los créditos y en la medida que se expande la producción, dentro de sus suposiciones una mera extensión cualitativa, tienen que bajar también los tipos de intereses porque el producto marginal del capital, que de hecho es dinero, baja también con la oferta cada vez más grande. La teoría de Keynes ofrece una posibilidad de resolver un problema concreto de una economía y refuta tres concepciones centrales de la economía clásica / neoclásica: La función del ahorro, la función del interés y la hipótesis de que el mercado de trabajo tiende al equilibro (Lo que de hecho hace: Si el sueldo es muy bajo, la gente muere de hambre y los muertos no están en paro. Pero esto no es ninguna solución, aunque parezca una solución para David Ricardo.) Del resto no duda. Ni de la dinámica de una economía de mercado, ni que el procesamiento de informaciones de manera decentral es más eficaz, ni que el producto marginal de un factor productivo disminuye etc.. La teoría de Keynes no trabaja con parámetros no económicos, discute el margen de maniobra que queda si no se puede influir estos parámetros, y en este caso especial se puede realmente considerar la economía como un sector sui generis. Keynes no supone que estos factores no cambian. Pero por el fin de su análisis los supone como fijos. No decimos por lo tanto que un análisis meramente económico sea siempre imposible. Si desde el principio se excluye todo lo que esta fuera del control de la economía como ciencia que puede hacerlo e incluso llegar a resultados muy importantes, como Keynes lo mostró.

Pero a partir del momento que se mezclan los parámetros, algunos endogéneos, que están bajo control y otros exogéneos, que no los son, la cosa se complica y el resultado son burradas. Si se dice por ejemplo, esto se lee últimamente por todas partes, que más vale que los griegos vuelvan a su moneda nacional porque esta se podría devaluar y ser por lo tanto ser más competitivos se comienzan a mezclar parámetros exogéneos y endogéneos. Que las importaciones se hacen más caras para Grecia si vuelvan a su moneda nacional y ésta se devalúa es obvio. Igualmente obvio que la balanza comercial será entonces más equilibrada. Hasta aquí relaciones causales meramente económicas. Que con esto se llega a una economía más competitiva, es una teoría cuyo lógica, no expresada porque suena feo, es simplemente esta: Los sueldos bajan, si la moneda nacional baja la mano de obra comprada desde el extranjero es más barata, y los griegos pueden producir a precios competitivos zapatos y pantalones y producir aparatos electrónicos de piezas prefabricadas, o sea seguir el modelo Chino. Cualquiera sabe que en este caso Grecia tendría que competir con sueldos muy bajos y es dudoso que funcionaría. Más fácil sería invertir en Grecia y alzar la productividad. Ser más competitivo puede significar también ser más innovador, por ejemplo ofrecer vacaciones más interesantes, ofrecer más espectáculos culturales, deporte / fitness, etc.. No queremos discutir aquí de como alzar la competitividad de Grecia. Queremos solamente destacar que se mezclan parámetros. La posibilidad de alzar la competitividad depende de parámetros no económicos. En este sentido el análisis de Keynes es muy preciso y no mezcla parámetros exogéneos y endogéneos. No niega la eficacia de una economía de mercado, no es por lo tanto ningún "socialista" como se puede leer por todas partes, no niega que pueden haber innovaciones y cambian radicalmente la situación, no niega que, hace falta decirlo porque se puede leer el contrario por todas partes, que no tiene mucho sentido financiar el consumo endeudándose. La pregunta de Keynes es simple y el tipo de análisis que hace puede hacerse sin recurrir a variables exogéneas. ¿Cómo se puede activar un potencial productivo dado? y ¿Cómo puede ocurrir que ni siquiera se usa el potencial productivo que existe? Para este tipo de análisis no hace falta recurrir a parámetros exogéneos.

Si se quiere la crítica de Keynes de la economía clásica / neoclásica es más sutil de lo que generalmente se cree. Lo que Keynes refuta por completo es la concepción del ahorro, que en la economía clásica siempre es invertido por lo cual nunca hay un fallo de demanda, la concepción del interés y la teoría clásica que el mercado de trabajo domina sobre el mercado de bienes. Pero de hecho la teoría clásica tiene otro fallo. Ignorando todos los parámetros no económicos describe un economía estática y una economía estática es el contrario de una economía de mercado, que se caracteriza por su dinamismo. Una economía estática es perfectamente compatible con una economía planificada. Si los procesos pueden ser descritos matemáticamente, si son por lo tanto previsibles y calculables, no necesitamos un procesamiento de información decentral y adaptaciones a estos cambios espontáneos e imprevisibles. O sea una característica primordial de una economía de mercado, la inseguridad, falta por completo en la teoría neoclásica y Keynes pone esta inseguridad en el centro de su teoría. La economía clásica / neoclásica es una teoría marxista y ambas teorías parten de la misma definición de "ciencia". Ambos quieren extraer leyes que permiten pronosticar el futuro. Quieren por lo tanto hacer algo que desde el principio es incompatible con una economía de mercado y solo posible si se ignoran las características fundamentales de una economía de mercado. Dicho de otra manera: El camino de Léon Walras con sus hermosas ecuaciones que llevan al equilibrio total son el camino al comunismo.

Es un aspecto positivo del neo liberalismo y de la escuela austriaca, el resto es una chorrada, pero en cuanto se refiere a esto hay un mejoramiento, que destacan el dinamismo, la innovación, la impresionabilidad y inseguridad de una economía de mercado y que se desprenden, esto es la consecuencia de lo primero, de la modelización matemática. El error es este: A partir del momento en que se acepta el carácter dinámico de una economía de mercado hay que abandonar la economía como un objeto de estudio claramente definido.

A partir del momento que hablamos de lo que caracteriza a una economía de mercado, de su dinámica, innovaciones, cambios tecnológicos, problemas de la distribución de la renta, formación, impuestos, metas, interacciones entre la economía y la sociedad etc. etc. estamos en un debate mucho más complejo. Con una política keynesiana es posible de poner en marcha el potencial productivo que hay, pero si el rendimiento de este potencial es bajo, el nivel de vida será bajo incluso si se logra activar todo el potencial. En cuanto a Alemania se refiere la teoría keynesiana puede considerarse como corroborada por los hechos históricos. El potencial productivo de Alemania después de la segunda guerra mundial era alto, porque a pesar de que todo estaba en ruinas, el nivel tecnológico y el nivel de la formación era alto. (Un hecho obviamente lamentable. Si no hubiesen sido tan eficaces no habríamos debido aprender una cosa que de hecho no queremos aprender: Que de un momento a otro y en muy poco tiempo la patina cultural puede desaparecer y se revela primitivamente que nadie había creído que existiese.) Bastaba por lo tanto activar este potencial imprimiendo dinero. La famosa Ayuda Marshall, créditos de los Estados Unidos, eran insignificantes. Lamentablemente el estudio que analiza el desarrollo de la economía alemana después de la segunda guerra mundial solo existen en alemán: Werner Abelshauser, Wirtschaft in Westdeutschland 1945–1948. Una economía llega fácilmente al nivel que corresponde a su potencial productivo que a su vez depende de la formación. Algo fácilmente comprensible y vemos la misma tendencia en unificación de Alemania Oriental y Occidental en el año 1989, a pesar de que esta vez fue al revés. En este caso Alemania Oriental no tenía ningún sector competitivo en comparación con la economía alemana e importaba muy poco la cantidad de dinero que se transfirió de Alemania Occidental a Alemania Oriental. El único efecto fue un crecimiento fuerte de la economía de Alemania Occidental y un paro enorme en Alemania Oriental y un endeudamiento del estado. Si se quiere es lo mismo que pasa ahora a nivel europeo, solo que los acreedores y los deudores tienen nacionalidades distintas.

Para resumir: Si hablamos de como extender el potencial productivo hablamos de fenómenos más complejos y no económicos. Hablamos de la eficacia de las inversiones en investigación y desarrollo o sea en qué medida estas inversiones se reflejan en productos concretos, hablamos de la eficacia del sistema educativo, hablamos de creatividad y de empresarios. Si leemos el libro tan famoso de Joseph Schumpeter, Historia del análisis económico, que hace tanto hincapié en el empresario y la destrucción creativa, nos damos cuenta que Schumpeter apunta más a fenómenos psicológicos que a fenómenos económicos. No hace falta mencionar que Schumpeter tampoco forma parte de los planes de estudio de economía, aunque se ocupa de aspectos centrales de la economía. Pero para un buen economista algo irrelevante que se presta a ser modelado de manera matemática siempre es más atractivo, porque se ve más "científico", que algo relevante, que no se presta para este tipo de juego. Otro problema es que a partir del momento que hablamos de la economía real, y para esto conviene tener un poco de experiencia profesional lo que la corporación de economistas en las universidades no tiene, no nos sirve mucho excluir todo lo que no nos gusta.

La gente suele conectar la noción ideología con los grandes sistemas que dominaron el mundo, comunismo, neo liberalismo, fascismo, nacionalismo etcétera.. Diría el autor que esto es un error. La ideología es un fenómeno mucho más complejo, más sutil, a menudo inconsciente.

Es obvio que la economía pierde peso y con el peso parte de su financiación, si admite que su valor explicativo es bastante restringido. Cuanto más universal puede presentarse, tanto más importancia le concede el público y tanto más dinero reciben.

Se trata de varios fenómenos distintos. Excluyendo todo los parámetros no económicos, en el sentido más estricto, e individuales, que dependen de determinadas circunstancias, y con una modelización matemática que excluye estos parámetros por completo o los introduce como meras variables exogéneas, la economía da la impresión de poder explicar cualquier economía de cualquier país. Obviamente sería una herramienta muy fuerte si esto fuese posible y los economistas por razones obvias están muy interesados en mantener esta visión.

Otra razón por el deseo de excluir cualquier parámetro no económico se explica por la manera como se hace carrera en el mundo académico. Un estudio sociológico sobre el rendimiento escolar de niños de origen turco en Berlín no interesa obviamente a nadie en Lima y un estudio sobre el rendimientos escolar de niños cuya lengua materna es el quetchua no interesa a nadie en Berlín, a pesar de que puede tener un fuerte impacto en la economía si se sacan conclusiones correctas, muy diferentes obviamente porque son dos situaciones muy distintas, de este tipo de estudios. El prestigio de un economista depende de las publicaciones "científicas" en revistas internacionales lo que supone que también escribe sobre fenómenos universalmente interesantes lo que equivale a estudios teóricos desprovisto de circunstancias individuales. Los otros no se podrán publicar en ninguna revista. En cualquier institución científica, dejamos al lado la así llamada investigación de base que está lejos de concretizarse en un producto, sería más oportuno no fijarse en las publicaciones científicas, sino en resultados concretos que se pueden medir en dinero. Si la investigación no lleva a productos concretos en poco tiempo no habrá investigación alguna porque no se podrá financiar.

A estos dos fenómenos se suma la escasa cultura general de esta chusma o sea de los catedráticos de economía. Keynes tiene de vez en cuando una tendencia de expresarse de manera un poco oscura, sobre todo cuando describe personas. Caracteriza a un buen economista por su manera de proceder de manera "intuitiva". Un buen economista siempre tiene presente en la mente la vida social real, aplica mentalmente sus ideas a situaciones concretas de la vida real, los compara con hechos históricos, se imagina lo que podría cambiar etcétera. Pero todo esto supone tener una cultura amplia y experiencias profesionales y los catedráticos en general no suelen tener ni esto ni lo otro.

La economía es una ciencia un poco "oscura", porque se basa en cantidad de suposiciones universalmente aceptadas y jamás cuestionadas. En general por ejemplo se suele ver una relación estrecha entre economía y ciencias empresariales. En Alemania por ejemplo los planes de estudio de los primeros 4 semestres para ambas carreras eran, antes de los cambios generados por el proceso de Bologna, igual. Pero de hecho ciencias empresariales, en cuanto al núcleo duro se refiere, contabilidad, controlling, informática no tiene nada que ver con una economía. Ciencias empresariales es más bien una técnica, se aprenden técnicas. Se asemeja más a informática, ingeniería etc.. Economía tiene más interfaces con ciencias políticas y sociología y es tan significativo que no se ven las diferencias. Contabilidad es un sistema que se puede mirar aisladamente. Aunque la existencia de una factura supone cantidad de procesos que no tienen nada que ver con economía el resultado de todos estos procesos, la factura, es un fenómenos económico puro. El tenedor de libros puede tener un problema si la empresa para la que trabaja no es innovadora y no le queda ninguna factura a contabilizar, pero la factura misma al igual que las reservas, deducciones, ajustes de cuentas etc. etc. son meros hechos económicos. Si el tenedor de libros es un buen filósofo hay una gran probabilidad que es un muy mal tenedor de libros. En cuanto al economista se refiere es al revés . Un economista que no se interesa por fenómenos filosóficos, ni siquiera para las teorías de conocimiento, que no se interesa por problemas políticos, como por ejemplos intervenciones estatales en la economía o problemas sociológicos, como por ejemplo los problemas que surgen del envejecimiento de la sociedad, es un muy mal economista. Si la única interfaz que ven los economistas es la interfaz con ciencias empresariales, sería más lógico abolir la economía como carrera académica porque en este caso prepararían para las mismas actividades profesionales. Aunque es verdad que en economía y ciencias empresariales se mueven las mismas curvas de la derecha a la izquierda y de la izquierda a la derecha, pero el autor no ve que tengan el mismo objeto de estudio.

Dicho sea de paso. Mezclar ciencias empresariales con economía tampoco conviene a los egresados de ciencias empresariales. La contabilidad con todas las leyes que están detrás es por sí sola suficientemente complicada. Si a esto se añade los conocimientos de informática que se necesita como tenedor de cuentas en una empresa grande, revisor de cuentas o asesor fiscal sería mejor especializarse.

No sabemos que razones oscuras y qué estado psíquico inextrañable de las personas responsables de maquinar los planes de estudios les haya inducido a atribuir economía a ciencias empresariales, pero en el fondo da lo mismo. Pero como Hayek permite hacer tan fácilmente retruécanos se podría decir que es una fatal arrogancia (como Hayek lo llama en su discurso en Estocolmo al recibir el Premio Nobel) del saber si gente que no tienen ni idea de la vida profesional y que no han trabajado nunca hacen planes de estudios. Se podría decir que esto es una planificación sin plan.

En esta situación nos convertimos en unos fervientes adeptos de la economía de mercado libre. Si la ente central sabe mucho menos que los individuos, que saben mejor lo que quieren, pueden, los que les gusta y conocen mejor sus circunstancias personales, son estos los que deberían decidir sobre su futuro y el deber de la ente central es solamente ofrecer el máximo de alternativas posibles. El autor sabe que esto suena muy duro. Pero no tiene ningún sentido que el estado obligue la gente a hacer algo con el pretexto de que ellos mismos no saben lo que quieren si finalmente resulta que el camino mostrado por la ente central resulta ser un callejón sin salida. Si uno no sabe qué hacer más vale no hacer nada por un año o dos y reflexionar sobre lo que se quiere hacer que hacer un estudio de cinco años para darse cuenta finalmente que este estudio no sirve. Otra posibilidad sería más flexibilidad en las carreras académicas. Esto es muy compatible con una economía de mercado libre. Muchas empresas después de un para de años hacen algo que no tiene nada que ver con el fin por el cual al principio fueron fundadas.

Para resumir: La economía puede tener interfaces con más o menos cualquier cosa. Si se quiere evaluar la eficacia del sistema sanitario incluso con la medicina, por lo cual nacen también nuevas carreras, vea economía de la salud y sería igualmente pensable de crear carreras como economía de la cultura, economía del Internet etc.. Muy útil sería por ejemplo economía de la ciencia que estudia la relación entre inversión en investigación y desarrollo y como estas inversiones se reflejan en productos.

El autor comprende fácilmente que esto sería tan útil como carrera universitaria como inútil, por ser muy específico, en un manual de economía general. De interés general son solamente interesantes las interfaces con la filosofía, la sociología y la política.

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Anotaciones:

ES        DE

 

Históricamente la economía tienes muchas interfaces con la filosofía, la sociología y ciencias políticas. Los clásicos, Adam Smith, John Stuart Mill, David Hume ni siquiera se consideraron ellos mismos como economístas. Se consideraron como filósofos.

Si dejamos de lado la escuela austriaca y el neoliberalismo y en cuanto
a la enseñanza académica se refiere todos estas interfaces desaparecieron
después de la segunda guerra mundial y definitivamente con la reorganización de los planes de estudio en el así llamado proceso de Bologna.

Un retorno a los originales, Smith, Marshall, Keynes sería útil porque
ellos reflejaron sobre esta interfaces.

 

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